El 9 de diciembre de 2011, en la Cumbre de Europa de Bruselas, abre un nuevo modelo para la Unión Europea, el eje franco-alemán, o más bien el eje alemán y algo de franco, establece dos grupos distintos, uno de ellos trata de instaura una solidaridad financiera, en torno al euro, con el compromiso de una disciplina presupuestaria, que debe estar contemplado en las Cartas Magnas nacionales; en España somos unos adelantados cuando nos interesa y ya cumplimos este requisito. Ahora queda por ver si los países del entorno euro cumplirán estas cláusulas impuestas por el eje Merkozyl.
Ahora también se habla de una Europa de 3 velocidades (en realidad da la sensación que estemos hablando de Fórmula 1 en vez de política), ya que dentro de los países que ajuste brutalmente sus presupuestos hay diferencias palpables, porque los países más pobres y con más dificultades como Portugal o España esa reducción drástica del gasto público, con las respectivas sanciones sino se cumplen lo establecido, redundarán en mayor pobreza, para que permitan cuadrar las cuentas, que supondrá un bocado en el Estado de Bienestar, digamos, ineludible.
En este momento tras las perspectiva de la crisis actual se plantean muchas críticas al modelo europeo, se hizo una unidad monetaria, pero sin unidad financiera; ahora se habla de una política común, es lamentable que esa política común tenga como objetivo de referencia básico el imponer duras sanciones para los países que sobrepasen el 3% del déficit público sobre el PIB, lo que obligará, dicho de forma rotunda a un ajuste serio y duro, lo que aboca a una presunta y más que probable aniquilación del Euro y la vuelta a las monedas nacionales, aquí podría ser el “peseuro” o el “euroseta”.
Pero y España: ¿qué medio de transporte utiliza para adaptarse a este juego de distintas velocidades? ¿un Ferrari? ¿tal vez un seiscientos?
España tiene varias velocidades hace tiempo, es triste pero es así, no hace falta salir de nuestro país para visualizar con claridad las diferencias. Sino comprueben:
Salario medio Andalucía: 20.900 € | S.M. País Vasco: 25.860 € |
Gasto Educación Andalucía por alumno anual: aprox 4600 € | G.E. País Vasco por alumno anual: 9000 € |
Gasto sanitario per capita andaluz: 1245 € | G.S per capita País Vasco: 1600 € |
Tasa de paro Andalucía: 28 % | Tasa de paro País Vasco: 10,5 % |
Podríamos añadir más indicadores, igualmente con similar resultado se hubiera obtenido sin en una columna estuviera Canarias o Extremadura y en la otra Comunidades Autónomas como La Rioja o Navarra. Por esto da que pensar que este juego de velocidades distintas perjudicará a unas Comunidades Autónomas más que a otras, teniendo claro donde se sitúa Andalucía.
Porque si en septiembre por las directrices establecidas por eje franco-alemán se modifica el Artículo 135 de nuestra Constitución, después de 30 años, para la salvaguarda del equilibrio presupuestario, con la aquiescencia del eje católico y monárquico del PP-PSOE, cabe recordad que en nuestro país si existe una unidad monetaria, financiera y política común y que nuestra Carta Magna propugna la solidaridad entre las nacionalidades y regiones como uno de los fundamentos básicos, no obstante las diferencias son palpables y España, es lamentable y triste, sin exportar nada de Europa, sea un ejemplo clarificador de la existencia de distintas velocidades de forma muy explícita, donde Andalucía de forma estructural y radical sigue situado en este juego en el mismo sitio, en la velocidad lenta, siendo lo peor que estos últimos años de crisis se haya aumentado las diferencias con otras zonas de España.
Y que cuando hablemos del País Vasco o de Cataluña estemos hablando de decisiones que afectan al conjunto del Estado y, sin embargo, que se hable de Andalucía, la más poblada de España, de una forma peyorativa, que se hable sin entretenerse demasiado en problemas sin importancia si son problemas andaluces, que están dotados de un carácter netamente local y esto es así a pesar de tener la mayor representación que existe de diputados en el Congreso, cuando tenemos un potencial humano en nuestra gente increíble, tal vez sea el momento de comenzar a mirar hacia nuestra tierra y a pillar un carro con mayor aceleración, abocado por responsabilidad, para que no condicione el futuro de nuestra gente joven en este momento que nos jugamos tanto.
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