Hace
unos cuantos años hubiera parecido una utopía pensar en un nuevo
proceso constituyente en nuestro país. Los últimos resultados
electorales lo contradicen de forma explícita. El bipartidismo
retrocede a un porcentaje del 52 %, su cota más baja en unas
elecciones municipales o generales en España, en los casi 40 años
de democracia.
Desde
amplios sectores de la sociedad este proceso ya está abierto en la
calle, comienza en la primavera de 2010, con el movimiento del 15 M. No
obstante, ¿Qué significa un nuevo proceso constituyente?
Nuestro
actual marco de convivencia se regula por la Constitución de 1978,
para el Catedrático de la UNED, Torres del Moral, en la Transición
pasamos del régimen totalitario del franquismo a la democracia, por
lo tanto nace en las cenizas del anterior régimen. De forma que esta
democracia se construye con ideas nuevas y se conservan algunas
antiguas, ésto nos ha servido unas decenas de años con éxito, no
obstante a pesar de ser la Constitución más joven de los países
más desarrollados, resulta que parece envejecida.
Si
nos centramos en la historia constitucional de nuestro país, ya sea
por el peso específico que contiene o por el tiempo que estuvieron
en vigencia, nos marca como hitos más importantes la de 1812, la de
1876 , la de 1931 y la actual de 1978. En todas ellas, salvo en la
del 78, evidentemente basada en nuestro idiosincrasia, historia e
influencias externas, suponen una ruptura en ese momento, es evidente
que no ocurre así con nuestra vigente Constitución que cumplió una
excelente labor en ese paso de un régimen autoritario a una
democracia, alabado por las organizaciones internacionales de forma
clara.
Que
le debemos mucho a la Constitución de 1978, así como a todas las
personas que la hiciera posible, se muestra como un hecho fuera de
toda duda, para consolidar la democracia cumplió su labor con
sobresaliente, también parece fuera de toda duda que ya se debería
haber abordado su renovación hace más de una década. Ahora, en la
actualidad, nos encontramos que nuestro sistema democrático se ha
creado con materiales que no se ajusta a nuestra sociedad, que hace
que la estructura presente fisuras en la misma línea de flotación.
De
hechos las alabanzas de finales de las décadas de los 70 y los 80 a
nuestro país de organismos que defienden los derechos humanos, se
han tornado en la actualidad en críticas por una sociedad sin
independencia del poder judicial, cargada de clientelismo y falta de
moral, con una crisis abierta en los derechos civiles.
Hay
quién le puede parecer exagerado, aunque los informes de Amnistía
Internacional:
O
las críticas del Consejo de Europa por tener un SMI insuficiente:
Tanto
así, la imagen de nuestro país en la prensa europea, con el Sr,.
Zapatero, el Sr. Rajoy, la Corona, los Gurtell, la Formación
Profesional, como en esta caso dedicado al Sr. Rajoy:
Hace
falta un nuevo proceso constituyente, existe un claro desequilibrio
de poderes, el poder legislativo, ejecutivo y judicial se difumina en
un sólo poder, la partitocracia, controlada a su vez por los
poderes fácticos, hablando en plata, la banca, las olirgaquías...
las castas. La corrupción no debe quedar impune, mientras se pierden
derechos y desalojan personas de sus casas.
Es
necesario modificar el sistema electoral, regular el empleo público
en su acceso bajo los principios de igualdad, mérito y capacidad,
suprimir instituciones como el Senado o Diputaciones, Eliminar los numerosos puestos directivos de las distintas administraciones, entre tantas cosas.
La
Sociedad ha comenzado a reclamarlo, caminemos, que el recorrido no
estará exento de obstáculos, construyamos una Constitución que sea
abierta a Reformas, la nuestra está cerrada, que sea fácil de modificar como lo son
las de cualquier país avanzado de nuestro entorno, comencemos a
construir una sociedad más justa, equitativa y abierta a las
oportunidades por la valía de cada uno, así como a una justicia
realmente igual para todos sin ningún tipo de excepciones.
Así,
hablando en plata de nuevo, es para decir que no es una utopía, eso
nos quieren hacer creer, aunque tenemos un gran poder en nuestras manos, en las urnas, reflexionemos sobre la
posibilidad de cambiar nuestro voto, no votes a lo que representa el bipartidismo, contribuye a
ese cambio verdadero en nuestro país. Seamos responsables a la hora de votar en las elecciones generales de noviembre, de ello depende el futuro de nuestra gente.
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