OTROS TEMAS DE CURIOSIDADES Y MITOS DE LA EDAD MEDIA
¿El origen de la tapa se encuentra en la Edad Media?
Parece complicado establecer una cronología del nacimiento de la tapa, ya que se ha ubicado en diferentes momentos y lugares. La versión más aceptada sitúa su origen en el Rey Alfonso X “El Sabio”, nada más que por este invento ya es merecido tal sobrenombre, vamos que le venía al pelo lo de sabio. Si parece demostrada la existencia de esta bendita costumbre en varios siglos atrás, aunque no sea con ese nombre, de hecho era nombrada como “llamativos” en el Quijote y “avisillos” por Quevedo.¿El origen de la tapa se encuentra en la Edad Media?
La leyenda más antigua, en pleno Siglo XIII, refiere como el rey sabio padecía una enfermedad y sus médicos le recomendaron que bebiera, entre horas, varios sorbos de vino (que médicos “más buena gentes”). El rey para contrarrestar los efectos del alcohol lo hacía acompañado de un bocado de queso, jamón u otras exquisiteces similares.
Debido a su extraordinaria recuperación, el rey sabio ordenó que todos los mesones de Castilla sirvieran el vino con algo de picar. En algunas leyendas se considera que así se “tapaban” los efectos indeseables del vino y favorecía la salud de sus súbditos. Si tenemos en cuenta que en Castilla era eminentemente agrícola y que los trabajadores tomaban su trago o "chatito" de vino para descansar en breves momentos, si era acompañado de algo más sólido “tapaba” los efectos del alcohol y así no se resentían el trabajo del campo, en definitiva el rey sabio mataba dos pájaros del mismo flechazo.
Otras de las historias, en la época de los reyes católicos, comenta que encontrándose el rey Fernando en Cádiz en una taberna, uno de esos días caluroso de verano, pidió que le taparan el vaso de vino con una loncha de embutido, por lo gran cantidad de moscas que había. El tabernero gaditano se presentó con una loncha de un buen salchichón y le dijo al rey: “Aquí tiene su tapa, majestad”, lo que se convirtió en una costumbre en todos los mesones y tabernas de España, convertido en todo un arte y una de las excelencia y seña de identidad de la cocina andaluza y española.
Se tiene conocimiento que sus propiedades fueron conocidas y utilizadas en
China hace más de 4000 años, que alude a su uso terapéutico en tratados de
medicina, así como a sus efectos nocivos cuando es consumida en exceso.
Hindús, persas, asirios, egipcios, fenicios, griegos o romanos
entre otros, tenían conocimiento de la planta de cannabis. Heródoto relataba
cómo era utilizada por los escitas en una especie de sauna, donde se arrojaban
grandes trozos de cáñamo sobre piedras calentadas con fines lúdicos.
Entrando de lleno en la Edad Media nos encontramos con dos
corrientes religiosas contrapuestas, la cristiana y la musulmana. Para los
cristianos las prácticas de curación con hierba estaban relacionadas con el
paganismo y eran motivos de quema, es obvio que la referencia de quema no se
hace por fumar susodicho producto, sino al paso por la hoguera con ropa
incluida de quienes lo utilizaban. Resulta evidente reconocer que aunque su uso en exceso era perjudicial, como bien decían los chinos, la hoguera para
la salud resultaba mortalmente peligrosa.
Aun así, se seguía la doctrina de Galeno y Plinio es probable
que fuera conocido y utilizado. De modo que el cannabis se encuentra en las
mejores recetas de alquimistas, curanderos y brujas, nada de cuerno “tostao” de
dragón, además aparece en obras literarias como Gargantua et Pantagruel, de
Rabelais.
En cuanto a los musulmanes, el hachís era de uso popular, de hecho
hashish en árabe significa “hierba”. Mahoma prohíbe el estado de embriaguez
provocado por el vino, pero no se hace referencia al consumo del hachís. Aunque
su consumo fue prohibido en diversas épocas se tenía conocimiento de sus
efectos curativos y recreativos.
El botánico de la Málaga andalusí, al-Baytar, menciona sus usos
terapéuticos, así como el uso que hacía de esta planta los sufíes de Egipto.
Denominada en al-Andalus como qinnam. De hecho entra de lleno en las leyendas
árabes, cuando Sherezade, en las 1000 y
una noche, le cuenta la historia al Sultán del comedor de hachís, que se había
quedado en la pobreza como resultado de gastar todo su dinero en hachís y
mujeres.
Como curiosidad se hace mención a Hassan Ibn Al-Sabbah, que funda
la orden de los haschischins, en una inexpugnable fortaleza en el norte de Persia llamada Alamut, donde guerreros árabes muy temidos eran entrenados con una férrea disciplina y se les creaba la ilusión del paraiso través de
altas dosis de hachís, vino y mujeres hermosas, para que después entregarán sus vidas para llegar directamente a ese paraíso.
Se contempla que la palabra “asesino” provenga de esa secta.
Aunque en este tema es complicado diferenciar entre el mito y la
realidad, entre otras cosas porque los mongoles no dejaron ni una piedra encima
de la otra cuando tomaron Alamut.
Temática que ha sido muy recurrente a lo largo de la historia, citada por
Baudelaire, Umberto Eco o Dan Brown, hasta juegos de ordenador actuales se
nutren de esta leyenda medieval, como “Assassin`s Creed”.
Como recomendación hay una lectura: “Alamut”, de Vladimir Bartol, escrita en 1938 por este intelectual eslavo, como una
crítica encubierta al totalitarismo y al fanatismo, que representaba en ese
tiempo la sombra de Hitler y Stalin, lamentablemente, 80 años más tardes y en
otras circunstancias, la obra de Bartol sigue vigente, cómo es utilizada la
fe y la credulidad para sacrificar las vidas y las de muchas personas a las órdenes de sus
amos, ya que sus descripciones recuerdan los campos de entrenamiento de
Al-Qaeda, en este caso sin hachís, vino y mujeres, para algunos supongo que
tendrá más mérito y para otros nos deja, si cabe, hasta mayor consternación y
tristeza.
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