Una anécdota...
Quizás lo mejor sería comenzar contando una anécdota. Nos encontramos en un Instituto de Educación Pública de Andalucía, la profesora ante una sesión de Educación Sexual, en un grupo de 30 adolescentes de 15 años, de ambos sexos, pregunta: ¿Quién de la clase es heterosexual?... sólo una chica levanta la mano.
Quizás lo mejor sería comenzar contando una anécdota. Nos encontramos en un Instituto de Educación Pública de Andalucía, la profesora ante una sesión de Educación Sexual, en un grupo de 30 adolescentes de 15 años, de ambos sexos, pregunta: ¿Quién de la clase es heterosexual?... sólo una chica levanta la mano.
De entrada, me recuerda
esa canción de “Presuntos Implicados”: “Aahh Como hemos cambiado”. Más bien no,
a pesar de que estamos en el Siglo XXI, da la sensación que seguimos con déficit
formativos en temas de “vital” importancia.
Estarán pensando que no
es la cuestión que me había propuesto relatar y que no existe una relación
directa. Lo más probable sea que mi sangre se altere nada más que leo, hablo,
práctico o escribo sobre sexo... serán cosas de la edad.
Mi propósito...
Mi propósito...
Aunque sí, mi propósito
es una hipótesis sobre cuál es la mejor hora para practicar sexo. La única intención,
una lectura entretenida si es de su apetencia.
Teniendo en cuenta que
cuestiones como la educación, cultura o religión son factores que afectan a la
sexualidad, así como que nos encontramos en una sociedad plural y heterogénea, no
por ello vamos al olvidarnos de que
forma nos afectan las hormonas.
Las hormonas sexuales...
Las hormonas sexuales...
Comencemos por hablar de
los hombres. La hormona sexual masculina por excelencia es la testosterona, que
estimula la producción de espermatozoides. Esta hormona es la que promueve el
crecimiento del pene y los testículos, además, entre otras cosas, es la
principal responsable del aumento de la libido.
De ahí que los hombres
sean más directos y tengan más apetito sexual que las mujeres. La pregunta
sería: ¿Creen que es cierto?, porque además de las hormonas, que afectan,
también dependerá de lugar, preámbulos, edad o, sobretodo, de cada persona individualmente.
¿Y del momento?, ¿no afecta el momento?, aunque eso ya sería entrar en las conclusiones,
pero no, vamos a dejarlo para el final, sino se las contaré dos veces.
En cuanto a las mujeres,
la hormona sexual más importante es el estrógeno, el responsable de la
excitación, la sensación de bienestar y de plenitud, entre otras funciones. Las
mujeres también segrega testosterona y su presencia contribuye a despertar el
deseo sexual, como en los hombres. De tal forma que estrógenos y testosterona
conforma la maravillosa sexualidad de las mujeres.
Definición Sexualidad por la OMS...
Antes de continuar es
interesante la definición de la sexualidad por Organización Mundial de la Salud:
“Un aspecto central del ser humano que
está presente a lo largo de su vida. Abarca el sexo, las identidades y los
roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y
la reproducción. Se siente y expresa a través de pensamientos. Fantasías,
deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas, roles y
relaciones”
Así, con estos
condicionantes, en esta sociedad tan diversa, ha llegado el momento de ir al
grano. En primer lugar referiremos los momentos más propicio para las
erecciones masculinas. Sin duda, las matutinas, bien temprano, con el cuerpo
relajado, además es cuando es mayor el nivel de testosterona. Ese momento
recién te despiertas, que notas que alguien/algo quiere hacer la instrucción y
se pone firme.
¿Y la mujer? Aunque el
comportamiento se ve afectado por su ciclo menstrual, es por la noche cuando
les cuesta menos excitarse, cuando ha pasado todo el día comienza la activación
de las hormonas y su libido alcanza su máximo apogeo. Porque las mujeres van
aumentando a lo largo del día sus niveles de testosterona, que influye en su
apetencia sexual.
Conclusiones...
Conclusiones...
Como entes biológicos es
incuestionables que nos afecta los procesos hormonales, con distintas
orientaciones, que en cada persona la conforma su propia percepción sexual. Es
innegable de todas formas, que si hablamos de la mejor hora para practicar el
sexo, con carácter general podemos decir que son opuestos, unos por la mañana y
otras por la noche.
Así, que para concluir,
nos lleva a la vuelta de las tradiciones de mucho tiempo atrás, como algunas
que nos llega de la época romana, como nuestra arraigada siesta. La siesta conjuga
esos niveles hormonales y apetencias sexuales masculinas y femeninas, les animo
que hagan la siesta y que la aprovechen merecidamente, que la vida son dos
días. Es que no hay nada como recuperar las viejas tradiciones.
Secundo eso de la siesta! Bien antes o después...
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