Esperando su llamada...

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Esperando su llamada...

¿Por qué se está retrasando?, paso horas mirando mi móvil esperando ver en la pantalla su nombre.

Todo me recuerda a ella, incluso cuando camino por las calles de mi barrio con la angustia palpándose en mis manos. Enciendo un cigarrillo y siento mis pulmones inundados y trato de perfilar entre el humo las sonrisas que logro robarle cuando está conmigo.

Y sin embargo yo no puedo hacer la llamada, quizás por esa extraña libertad que se apodera de mi cuerpo cuando siento el aire que agita mi rostro. Quizás porque cualquier compromiso hace que siempre dé por perdida la partida... y me aleje sin detenerme.

La última llamada que me anunciaba su última visita no pude evitar un estremecimiento porque iba a oír de nuevo su voz. Porque su tono extrañamente cala en lo más profundo de mi alma. Y cuando extendí mi mano para recibirla, su gentil presencia me hizo desprenderme de mi angustia como nunca lo había hecho antes.

Quizás ya no sea el mismo, ni tenga fuerzas para alejarme, tal vez sus pensamientos se acercan tanto a los míos que han provocado una sacudida en mi forma de entender la vida.

Y sin embargo, ahora que ha logrado cautivar mi corazón, ¿Por qué se retrasa tanto su llamada?

Como no echarla de menos, si cada vez es la primera, por vez primera sentir sus labios, por primera vez abrazarla y por vez primera todas esas cosas que un amante a la antigua no puede contar.

¡Eh! ¡Está sonando mi móvil!, es ella, tengo que dejaros, lo cogeré a la segunda llamada, no quiera que piense de ninguna manera que estoy desesperado por sentir su cuerpo como si fuera la primera vez.