jueves, 21 de septiembre de 2023

UN JIMENATO EN LAS TROPAS NÓMADAS DEL SAHARA OCCIDENTAL DURANTE LA MARCHA VERDE

 

De guardia en las minas de Fos Bucra

Felipe Mateo, natural de la Estación de Jimena, es llamado para cumplir su servicio militar obligatorio en 1975. Y le tocó hacer la “mili” en África, en concreto vamos a hacer referencia al periodo que estuvo en las tropas nómadas del Sáhara Occidental, en ese momento la provincia española número 53, con el dictador Franco agonizando en su lecho de muerte.

El Marruecos de Hassan II ejercía una fuerte presión para anexionarse el territorio. Para ello el rey alauita, apoyado por Estados Unidos, organizó un movimiento masivo de ciudadanos, que eclosionó el 6 de noviembre de 1975, utilizando la población de parapeto, en la llamada Marcha Verde, que llegó a reunir hasta 350.000 personas en el territorio del Sáhara Occidental. Hassán II había prometido que encabezaría la marcha a todos los medios nacionales e internacionales, no obstante estuvo en una mansión de lujo en la ciudad marroquí de Agadir, a una distancia prudente de donde acaecieron los hechos.

Aunque lo verdaderamente importante de esta entrada de blog se sitúa en contar cómo vivió la “mili”Felipe, agradecer su buena memoria y disposición, que nos permite conocer los detalles de la estancia de un jimenato en las arenas del desierto en tiempos de conflicto. Se acompaña de algunas de las fotografías que guarda para ilustrar su relato.

En la Jura de Bandera en el Aiún

LA JURA DE BANDERA

El alistamiento comienza Cádiz y desde allí a Sevilla, donde es trasladado en un largo viaje en un viejo avión de carga militar hasta el Aiún, el mismo lo veía “como un pajarraco por lo alto del agua”. Felipe cuenta que su llegada se produce muy pocos días antes del inicio de la Marcha Verde. Relata que el Aiún estaba poblado mayoritariamente por chabolas, aunque había también algunas casas. Esta estancia, en sus propias palabras: “estaba llena de chinches una cosa mala”.

Tan solo a unos días se su llegada se produjo la visita del por entonces príncipe Juan Carlos. Su visita conllevó que las tropas españolas estuvieran desde las 5 de la madrugada esperando su llegada en filas a las órdenes de mando. Hasta las 11 no dio el una breve arenga a las tropas, después de horas de espera. Felipe lo vivió de la siguiente manera: “estuvo poco más de 5 minutos dando la charla y dijo estoy aquí para derramar hasta la última gota de sangre, después se marchó y adiós”.

Para el periodista Tomás Bárbulo, el príncipe viaja al Sáhara el 2 de noviembre y, según un testigo saharaui, llegó a decir en el casino de los oficiales: “mientras quedara una gota de sangre española en el Sáhara no sería víctima de una agresión extranjera”. Cuatro horas estuvo el jefe de estado en funciones en ese momento, por el estado precario de salud de Franco,desde que su avión aterrizó hasta que despegó de nuevo del Aiún.

Al anochecer del día anterior de la jura de bandera le dieron a cada recluta un cetme (el fusil-ametralladora del ejército español), Felipe venía de pueblo pero la mayoría no había tenido nunca en su manos ni siquiera una escopeta, “algunos se caían al coger el cetme”.

Al día siguiente, la jura de bandera y el siguiente, el 6 de noviembre, se inició la marcha verde. De tal manera que un grupo de jóvenes reclutas de apenas 20 años, en las terribles arenas del desierto del Sáhara, sudor, arena y balas, sin haber recibido una mínima instrucción, se vieron inmersos en un conflicto internacional.

Debido a la Marcha Verde los distribuyeron en patrullas, con sus cetmes y cargadores, él estuvo con un capitán y dos soldados más durante tres largos días con sus noches en el mismo foso, aunque afortunadamente no tuvieron ningún altercado, no sirvió para nada soportar los tórridos días y las gélidas noches del desierto.

De guardia en las minas

De guardia en las minas con un compañero


EN LAS MINAS DE FOSFATO DE FOS BUCRA

En los días siguientes los reclutas fuera repartidos en distintos destinos. La legión hizo la captación y Felipe pasó de la infantería a las tropas nómadas, porque allí cobraba 4.600 pesetas, “que en aquel tiempo era un sueldazo”.

Lo enviaron a las minas de Fos Bucra, a 100 kilómetros del Aiún, en el interior del desierto. Su destacamento tenía un comandante, dos capitanes, tres tenientes y los suboficiales. A uno de los tenientes le faltaba un dedo que le había cortado una patrulla saharaui antes que él llegara. Recuerda al sargento Ruiz, al sargento Fernández y que por lo general el trato entre todos era como en una familia.

En el campamento sabían que nada más acabar la Marcha Verde el territorio sería entregado a Marruecos, los mandos les decían que no había que temer a los marroquíes sino al Frente Polisario. Allí se decía que los militares españoles se retiraban del frente, los saharahuis estaban solo y que los marroquíes presionaban para enviar a la población autóctona a los campos de refugiados.

Con los cetme

Con los bazokas

Todas las noches hacían las guardias y las imaginarias en las minas de fosfato, para ello se instalaban bazukas y ametralladoras, más de una noche descargaban varios cargadores de sus cetme, “tirábamos balas a las ordenes de un teniente, si se veía algo raro, luz o cualquier cosa. Y cuando llegabas al sitio de las luces de día encontrábamos escritos en la arena que los españoles eran unos traidores y Franco un cabrón”

Una noche de patrulla les entro una gacela del desierto, al oír los ruidos dispararon y la mataron, Felipe le dijo al capitán que la podían guisar, el oficial le contestó que no sabía como podían hacerlo y se le ocurrió guisarla en una olla con el aceite de latas de atún que tenía en rancho, abriendo un buen número de latas, y le añadió "unas pocas de papas".

Otra noche el frente polisario les arrojaron un coche en marcha sin conductor con las luces encendidas a su zona de guardia, le pegaron una buena ráfaga de tiros y con un compañero gallego, cada uno de ellos lanzaron una granada, al otro día el coche estaba destrozado completamente sin nadie dentro.

En otra ocasión "casi le rebanaron el pescuezo a un legionario, el cuartelero chilló y acudió la patrulla" que no estaba lejos del lugar, no llegó a morir el legionario. Rodearon la base y se liaron a tiro, cada uno llevaba 600 balas, allí estuvieron pegando una ráfagas tras otra.

La subestación 

Recuerda que alguna noche hacían las guardias en una subestación que se encontraba a unos 30 o 40 kilómetros de su campamento y la artillería atacó una noche la subestación, por lo que tenía daños visibles. 

En el campamento de ocio

Los trabajadores de las minas ya habían abandonado los barracones, lo que les permitió llevarse los colchones, porque ellos dormían sin colchones en las tiendas de su campamento. En los barracones abandonados encontraron la película Los Tarantos y un proyector, y vieron la misma película “40, 50 veces o más”, eran lo único que tenían para entretenerse. No podían bañarse, aprovechaba para afeitarse con la “rociá” de la mañana. Vivían los mementos de asueto con buen ánimo, no obstante siempre con su cetmes limpios y atentos, el resto del tiempo en las guardias.

En los círculos las minas y Villa-Cisneros

LA RETIRADA DE FOS BUCRA Y LA MARCHA DEFINITIVA DEL SÁHARA

Ordenaron la retirada y tenía que embarcar en Cabeza Playa, cerca del Aiún, pero habían volado el puerto, el mismo donde llegaba la cinta transportadora de fosfato que también estaba dañada. Por lo tanto su embarque lo situaron en el puerto de la ciudad de Villa-Cisneros, a 600 kilómetros a través del desierto desde las minas, tardaron 3 días en llegar a su destino.

En el trayecto los aviones de carga le tiraban sacas de comida, “latas, pan..”, llevaban cubas con reserva de gasolina, “siempre estábamos sacando los coches atascados en la arena, lo sacábamos a peso entre 20 o 30”.

Con sus padres en la Estación de Jimena

En su nuevo destino en Las Palmas

La retirada se inició el 28 de diciembre y llegaron a Villa-Cisneros el 31 de diciembre, donde embarcaron para las Palmas de Gran Canaria. A su llegada les dieron un mes de permiso, que disfrutó en su casa. A la vuelta el coronel pregunto si alguno sabía cocinar y recomendaron a Felipe, que se había ganado buena fama en el desierto. Los últimos 6 meses de “mili” los paso de nuevo en Infantería en la residencia de oficiales, una situación sin duda muy distinta, a sus vivencias con las tropas nómadas en el desierto del Sáhara con la cartuchera llena de balas.

EPÍLOGO

De nuevo agradecer a Felipe su buena memoria, llama la suficiente atención para poner en valor la experiencia en este conflicto de un jimenato, donde se expone como un grupo de jóvenes, algunos ni siquiera llegaba a los 20 años, armados de fusiles militares sin ninguna instrucción en el servicio obligatorio, para salvaguardar los intereses de las élites de ese momento. “Hace menos de 50 años de estos hechos”.

Recomiendo la lectura para quienes estén interesados en este conflicto, el libro del periodista de El Pais, Tomás Bárbulo, “La Historia Prohibida del Sáhara Español”. Porque vivió con su familia en Marruecos y después en el Aiún, hasta su regreso a España en la Marcha Verde en 1975, cuando solo tenía 15 años. Nos ilustra en un recorrido histórico nuestros intereses coloniales en el Sáhara desde finales del siglo XIX, en sus páginas se pueden leer testimonios de españoles, saharauis y marroquíes, así como su trabajo de investigación en archivos de distinta procedencia. 

En mi opinión personal, este conflicto, aún hoy en día por resolver, ha contado con graves errores en la postura diplomática de España a lo largo de todos estos años, y nunca ha estado a la altura como antigua potencia colonial ni con las obligaciones internacionales que debería haber conllevado. 

3 comentarios:

  1. Desde la visión de las asociaciones prosaharauis españolas, entendemos y reconocemos que el pueblo saharui denominé la marcha verde como una marcha negra. Apoyada por los Estados Unidos y financiada por Arabia Saudita.
    La ONU, en agosto de 1973, apelando a “su compromiso con la autodeterminación del Sáhara”, transfiere la responsabilidad para celebrar bajo su auspicio, un referéndum para la autodeterminación del pueblo Saharaui. Marruecos presiona para que no se celebre el referéndum. La ONU, ante esta hipotética situación, consulta a la Corte Internacional de Justicia el16 de octubre de 1975 la cual determina que el Sáhara era un territorio independiente, habitado en el momento de la anexión española, el Sahara no era un territorio sin dueño. La conclusión fue que se debía celebrar el referéndum de autodeterminación, para que pudiera formar su propio Gobierno y que el Sáhara Occidental quedara completamente desprovisto de injerencias colonialistas rigiéndose por un Gobierno propio.
    Como demuestra los documentos desclasificados estadounidense se había autorizado un proyecto estratégico secreto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), financiado por Arabia Saudí para arrebatar la antigua provincia del Sáhara a España. Esta región es un territorio vital, rico en fosfatos, que los Estados Unidos no estaban dispuestos a dejarlo en manos españolas ante el ocaso de Franco, no quería que se le escapara de las manos de España y que naciera un nuevo estado con una situación estratégica importante fuera de su control. Así, el plan consistía en invadir la zona mediante una marcha de aproximadamente trescientos mil marroquíes que se harían pasar por antiguos habitantes.

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  2. La acción también es conocida como la Marcha Verde, y saltándose todas las resoluciones de la ONU, es anunciada el 16 de octubre de 1975 por el Rey Hasan II de Marruecos, mientras el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU rechaza las pretensiones de Marruecos sobre ese territorio. Mientras tanto el entonces príncipe de España Juan Carlos, temeroso de no acceder al trono, por un conflicto marroquí, solicitó la intervención de Kissinger en Washington, y se comprometió que tomaría control de la situación, llegando a realizar una visita relámpago al Aiún para calmar a los militares unos días antes del inicio de la marcha verde. Kissinger ya había realizado un pacto con anterioridad a la visita del príncipe al Sáhara con Hassan II, por el que Juan Carlos se comprometía a entregar el la colonia a Marruecos a cambio del total apoyo político americano en su próximo reinado.
    Los marroquíes integrantes de la marcha civil o marcha verde y el pueblo saharaui fueron carne de cañón, en el plan urdido por Kinsiguer, con el acuerdo de Hassan II y el príncipe Juan Carlos. según los documentos desclasificados estadounidenses, Hassan II asume imperturbable la posibilidad que si se hubiera desatado la violencia podían haberse producido 30.000 bajas de civiles, que hubiera puesto a la comunidad internacional en contra de España y a favor de Marruecos. El 6 de noviembre de 1975, el movimiento invade la antigua provincia africana española. Tres días después, El 9 de aquel mes y año, Hassan II da por alcanzados todos sus objetivos en el Sahara, retira los campamentos de los civiles a Tarfaya en Marruecos. Mientras la ONU, urge a Marruecos a retirarse y respetar la legalidad internacional. Pero los saharauis, traicionados por España, se aferran a la lucha armada. El 12 de noviembre de 1975 comienza la Conferencia de Madrid entre España, Marruecos y Mauritania, dirigida y controlada por los Estados Unidos. Finalmente, el 14 de noviembre de ese año se produce la Declaración de Madrid sobre el Sahara, donde se estipula la entrega a Marruecos de toda la sección norte de la antigua provincia española. España va retirando las tropas, la última bandera fue retirada en el Aiún en febrero de 1976.
    La Marcha Verde fue una farsa y estaba encabezada por banderas marroquís y estadounidenses, con la aquiescencia de Juan Carlos, hubo un grave riesgo que la situación se hubiera descontrolado, porque los militares españoles no veía con buenos ojos que Marruecos se apropiara del territorio. Las víctimas el pueblo saharui, en la actualidad los campos de refugiados del Tinduf, en el desierto de Argelia, malviven 150.000 refugiados. La resistencia de las mujeres saharauis es todo un ejemplo en el camino hacia la igualdad, ese empoderamiento se demuestra en la República Saharaui, como el pueblo musulmán con mayor paridad entre hombres y mujeres en sus administraciones. El Gobierno de España presuma de igualdad en la ONU estos días atrás, hay mucho camino por recorrer, todos los pueblos tienen derecho a beneficiarse de orden internacional justo y equitativo, la solidaridad es necesaria con las mujeres de pueblos sometidos, no puede faltar ese compromiso en los países que dicen que caminan hacia la igualdad.

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  3. Esta entrada de blog, como ya he comentado en facebook, no ha tenido otros objetivos que poner en valor las experiencias y anécdotas que recuerda un vecino de Jimena de la Frontera en su mili en el Sáhara, que además acompaña con algunas de las fotos que guardaba de ese momento.
    No obstante, a mi parecer estos comentarios son un buen resumen desde la perspectiva de los Derechos Humanos de los entresijos del conflicto, gracias por los comentarios, me gustaría saber quién los firma, si pudiera ser.

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