Hoy es el
turno de la jornada de reflexión, día ante de elecciones, ya queda
cerrada la campaña electoral, la ley es explícita en este
sentido, no se puede pedir el voto para nadie, desde luego no es esa
mi intención, ya que pretendo argumentar sobres los derechos. No
obstante, no sólo de derechos viven las personas, es
necesario poner en el tapete los deberes que nos afectan como
ciudadanos, resulta también necesario comprender que una cosa sin la otra deja de
tener sentido.
El derecho a decidir está desarrollado en nuestra Constitución de forma categórica, el poder elegir
libremente nuestros representantes públicos por sufragio universal.
Auque no sólo el derecho a decidir, nos situamos en un Estado
constitucional y democrático, nuestro ordenamiento jurídico regula un conjunto de derechos, los derechos fundamentales, que tienen un estatus especialmente
reforzado. Además la Constitución de 1978 establece la apertura al
Derecho Internacional en lo referente a tratados internacionales de
derechos humanos, tanto es así que la Declaración de los Derechos
Humanos de la ONU, como la Carta de Derechos Fundamentales de la
Unión Europea, han sido ratificados en nuestro país y forman parte
de nuestro ordenamiento jurídico.
En la
actual situación de crisis, con la actual perdida de confianza en
nuestras instituciones democráticas, con la actual desconstrucción
social y el camino hacia atrás recorrido en los últimos años,
parece evidente que en algunos aspectos hablamos de papel escrito que
no tiene valor para las personas, que no se cumplen.
Creo
firmemente que parte de la disonancia entre lo que está escrito y la
realidad, se debe a que no se regula con la misma rotundidad los
deberes de los ciudadanos que los derechos. Y lo digo en el buen
sentido de la palabra. Por ejemplo, debiera ser de obligado
cumplimiento los programas electorales, entendiendo que una cosa es
no poder llevarlo a cabo, no tener las soluciones necesarias y
concretas o la organización adecuada, otra distinta, como ocurre en
muchas ocasiones, es que se camine en el sentido totalmente
contrario a las propuestas electorales. Debería ser denunciable y
debería regularse que quienes quisieran presentarse a unas
elecciones llevarán programas concretos y reales, fuera de mentiras
y quimeras, cuando son utilizadas con malas artes con el objeto de
entrar en el poder.
Cuestión
que puede tener un sentido práctico, no hablo de utopía, de hecho la
dimensión que toma en nuestro país es impensable en otros países
con democracias más asentadas. Voluntad política, sería el factor
determinante, se debe caminar en esa dirección, de hecho con los
dineros gastados en la propaganda política se podrían desarrollar
programas más concreto y honestos, más reales, entregados ante las
juntas electorales, igual que se entrega las listas de candidatos.
Podemos decir que estas cosas no dejarán nunca que ocurra, o podemos
caminar al colegio electoral y levantar los brazos, para usar
nuestro voto de una manera crítica.
De la misma
forma es necesario el desarrollo de esos deberes hacia el camino de
más control de quienes son servidores públicos, de hecho está
regulado por Ley un código de conductas, principios y deberes para
los empleados públicos, falta extenderlo para quienes se dedican a
la política, para ello hace falta la voluntad política mencionada,
también la conciencia de los ciudadanos que la democracia la
formamos todos y quienes son servidores públicos deben responder con
controles democráticos y responsabilidad.
Así, para
concluir, debemos adquirir una conciencia democrática, tenemos que
aprovechar el derecho a decidir, el poder elegir nuestros
representantes libremente, lo que cada uno crea más conveniente, así
debe ser, para promover los cambios necesarios. No obstante este
derecho no puede ir sólo, tiene que estar acompañado de su deber
correspondiente, la obligación de acudir a las urnas a votar, es
viable regularlo, con los medios informáticos existentes sería tan
fácil, por ejemplo, que conllevara una sanción administrativa
quienes no acudieran a votar, más fácil que el mecanismo de un
botijo y los gastos estarían amortizados, obviamente quienes no
puedieran justificarlo de manera real. De la misma manera que tienes
que forma parte de la mesa electoral obligatoriamente si eres llamado
para ser Vocal o Presidente. De la misma forma que protestamos en la
calle, en la tienda, en los bares y algunos en las plazas, debemos
adquirir conciencia que construir una sociedad más justa es una
responsabilidad que nos compete a todos, así como entender que para
disfrutar de derechos democráticos tenemos que responder a nuestras
obligaciones democráticas de la misma manera.
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