Cuenta la mitología griega que Agenor,
fenicio de Tiro, tenía cinco hijos y una bella hija llamada Europa. Zeus
un día paseando por el Olimpo, mirando hacia la tierra, quedó
prendado de su belleza y se enamoró de ella. Se disfrazó de toro
blanco y bajó hasta la playa, Europa al ver un animal tan singular y
manso fue seducida, lo usó como montura y paseó por la playa, hasta
que Zeus, de pronto, inició el vuelo y raptó a Europa. De la
relación con Zeus llegaron 3 hijos, entre ellos Minos, se casó
posteriormente con el Rey de Creta, que adoptó a sus hijos y Europa
le dió nombre a un continente.
Una bonita historia, es necesario hacer
un poco de historia para dirimir razones para presentarse el 25 de
mayo a ejercer nuestro derecho y acudir a las urnas. No obstante, el
impulso del nacimiento de la Unión Europea tiene unos matices bien
distintos. De hecho la intención de acabar con los conflictos
bélicos, que habían llevado hasta la Segunda Guerra Mundial, donde
se estima entre 50 a 70 millones de víctimas, estaba presente entre
las principales motivaciones de los líderes que llevaron a cabo los
Tratados, una Europa pacífica, prospera y unida. De esa forma se
inician los lazos, desde el primer Tratado en 1950, hasta el Tratado
de Roma de 1957, por el que 6 países, Alemania, Bélgica, Francia,
Italia, Luxemburgo y los Países Bajos, se constituyen en aquel
momento en el Mercado Común.
España, después del aislamiento
internacional de la dictadura franquista, comenzaba una apertura con
los Estados Unidos, en los años que se iniciaba el Mercado Común
Europeo, son los años de Bienvenido Mr. Marchal, Javier Tussel,
historiador de prestigio, nos comenta sobre aquella época: “Cuando,
en los inicios de los cincuenta, Franco fue preguntado por los
norteamericanos acerca de la unidad europea respondió que no veía
en quienes la intentaban buena fe y sí, en cambio, proclividad
socialista”.
Ese lamentable
aislamiento internacional al finalizar la gran guerra en 1945, y el
lento acercamiento a los países de Europa en la década de los 50,
provoca un importante retraso a nuestro país, que aún no se había
recuperado de la trágica Guerra Civil sufrida. De hecho la renta per
capita que había en España en 1935 no llega a recuperarse hasta la
entrada la década de los 60, eso sí menos igualitaria, con mayores
diferencias entre ricos y pobres. Aunque sí había sectores
aperturistas, la entrada de los 60 supone la llegada al poder de los
tecnócratas, encabezadas por el “Opus Dei”, la prosperidad del
futuro de España llevaba escrito el objetivo de ser miembro del
Mercado Común y de la Otán, para ello había que democratizar
España. Eso sí, claro está, democratizar España y seguir llevando
las riendas del poder los mismos de siempre. Con el paso de los años,
desde una mirada crítica, parece visualizar que los impactos acertaron en pleno centro de la diana, la partitocracia sus dardos.
Así,
después de la Transición democratica, en 1986, ya con el Gobierno
socialista en el poder, se produce la entrada de España y Portugal,
con la firma del Acta Única, en aquel momento ya son 12 países. En
1992, con el Tratado de Maastricht, recibe el nombre formal de
Unión Europea (UE) y se establece las directrices para la moneda
única en buena parte de los países de la UE, el Euro, que entra en
circulación el 1 de enero de 2002. A partir de julio de 2013, con la
entrada de Croacia, la UE está conformada por 28 países.Hemos visto
a grandes rasgos el camino recorrido, culmina con el último Tratado
vigente, el de Lisboa, que es ratificado en diciembre de 2007 y entró
en vigor en diciembre de 2009.
Y no sólo Tratados y nuevos socios,
también es importante abordar las inversiones realizadas en los
países miembros, para ello la referencia obligada la situamos a los
distintos Programas Operativos de la UE, como el marco de referencia
de 2007-2013, donde nos encontrabamos que las finalidades se
enfocaron a fortalecer al cohesión económica y social, corregir los
desequilibrios entre regiones, apoyo a la investigación, a la
producción y la competividad, apoyar las medidas contra el
desempleo, desarrollar los recursos humanos, el fomento de la
igualdad, modernización de la agricultura, el medio ambiente, etc.
Fondos que en el nuevo marco estratégico 2014-2020, ha visto
reducida la aportación a España considerablemente, con la entrada
de países del este como nuevos socios, como Polonia, Rumania o
Bulgaria. Es evidente que comenzamos este nuevo periodo con mucha
incertidumbre, no sólo con menos inversiones, sino también
envueltos en la mayor crisis europea de los últimos tiempos, que a
nuestro país afecta con enorme virulencia.
Aunque España sigue siendo un
perceptor neto de los fondos, puesto que recibe más de lo que
ingresa, no obstante tan sólo un 0,20 más de lo que ingresa, de
hecho nuestro país recibirá casi un 15% menos que en el anterior
período. La gran duda ¿cómo se reparten esos fondos que
corresponde a España? Porque hablar de cohesión entre las distintas
regiones de Europa... ¡uff! debería darnos risa o tal vez
vergüenza, cuando en nuestro propio país las diferencias son
notables, a pesar de nuestra Constitución, papel mojado, en donde la
renta per capita de País Vasco o Navarra, por ejemplo, dobla a la
extremeña o andaluza. Andalucía está muy por debajo en inversión
por habitante en Sanidad, Educación o Empleo, que la media nacional
y muy por debajo de las comunidades más ricas, es una realidad
manifiesta.
Por otro lado, si analizamos de forma
crítica nuestras propias responsabilidades, en ese reparto realizado
en los anteriores Programas Operativos, si entramos en los menudo...
menudo plan entonces. El Tribunal de Cuentas Europeos, el julio
pasado, denunciaba que España se gastaba el doble que Alemania en
construir carreteras, que existían “diferencias significativas en
el coste”, por supuesto que nos imaginamos en donde se hallaban
esas diferencias: en sobres
rellenos. El Informe Anticorrupción, de la Comisión
Europea, publicado el pasado 3 de febrero no puede se más explícito
al hablar sobre España: "Particularmente
desafiante es la corrupción política y los deficientes controles y
equilibrios, especialmente en lo referente al gasto público y a los
mecanismos de control a niveles regionales y locales".
Si por el caso Gürtel sólo está en
prisión actualmente Barcenas, el resto de más de 150 imputado están
a la espera de sentencias, siguen en libertad. De la misma forma
podríamos hablar del caso de los Eres y de la Formación en
Andalucía, con 144 imputados, actualmente sólo hay uno en prisión.
Sino hay un cambio profundo en nuestra sociedad, sino se reclaman las
responsabilidades, con la justicia y políticas, como diría el
poeta, volverán los oscuros corruptos a la administración a
gobernar, pero esos fondos europeos ya no volverán.
El modelo bipartidista de nuestro país,
con sus partidos satélites, ha tenido el apoyo desde Europa, que
permite que señores como Rodrigo Rato, actual consejero del
Santader, cobrando más de 200.000 euros, ex-Ministro de Economía
con el PP de Aznar y ex-Presidente del FMI, el mismo que fue el
máximo dirigente de Bankia, que ha supuesto un rescate que lo
pagamos los ciudadanos y pérdidas millonarias a miles de
accionistas, trabaje para la banca, fuera de España, también en
Europa. O Magdalena Álvarez, ex-Consejera de economía de la Junta
de Andalucia con Chaves, después de la clara falta de control, trabaja en la
actualidad para la Unión Europea, en el Banco de inversiones, con un
sueldo similar al de Rato. Sin embargo la actual Comisión Europea, no duda en reclamar que se aprieten las tuercas al máximo a las clases medias y a los más pobres.
Una Europa más social, más educación, más empleo, más apoyo a emprendores, más control también, no hay otro camino, en un mundo global no debemos
aislarnos como pasó con la dictadura de Franco, una Europa más justa, una mayor regeneración
democrática, el camino... las urnas. Un voto crítico es ese camino,
hay partidos como RED que pretenden la regeneración democrática entre sus principales objetivos,
que encabeza el Juez Silva y apoya personalidades como Garzón. Alternativas como Podemos, encabezada por Pablo Iglesias, que pretende
mayor participación ciudadana. Hay diversas opciones, nuevos
caminos, en coordinación con otras redes de Europa, si no nos gusta
cambiamos nuestro voto, si seguimos manteniendo este sistema injusto
tenemos que asumir parte de nuestra responsabilidad de la situación
en las que nos encontramos actualmente, de la dura herencia que le
estamos dejando a las nuevas generaciones, debemos ser conscientes de ello.
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