Esta señora, sevillana de pura cepa, gusta ir
vestida de rojo para las ocasiones del partido. Gasta acero sin temblar cuando
alguien simula sombras en su frente. Se alimenta de bocadillos en autobuses
gratis y se abraza con las viejas leyendas en sus mítines. Su público, los que
comen de su mano agradecidos y personas ingenuas, de edad y sin formación.
Pasado efímero de una militante de uno de los
grandes partidos de España. Doña Susana, más que de izquierdas o de derechas, se inclina a los rasgos peculiares del poder en Andalucía, al aparato del partido
y a la formas de la actividad orgánica regionalista del PSOE. Una forma ya
vieja y caduca de hacer política desde que ella era muy joven.
Con esa herencia ha pretendido marca las
líneas de actuación en nuestro país, afortunadamente no ha convencido. De hecho
hay muchos andaluces que tenemos
esperanza de que deje de convencer también en Andalucía.
Pasado efímero en lo profesional, vinculada a
la estructura del partido desde los 17 años que entra en las Juventudes
Socialistas (JS). Con experiencias políticas en primera línea siendo estudiante
de Derecho. Estudios que se prolongaron durante 10 años. Y presumía en los
mítines de estudiar con las becas de Felipe González.
Suerte
de un tahúr, con 23 años era la Secretaria de Organización de las JS de
Andalucía y con 25 años Delegada Juventud y Empleo en todo un Ayuntamiento como
Sevilla. Llegando a ser Teniente Alcalde
en el Área de Recursos Humanos, de ahí a diputada socialista en el Parlamento
andaluz con 30 años y lo siguiente recordar no quiero. Toda una carrera
fulgurante sin ninguna experiencia en lo privado o, al menos, un digno
expediente académico.
Quizás, animada por el azar prohibido, por
esas facilidades para una carrera brillante con el carnet del partido por
bandera, se debe su enfrentamiento frontal con los funcionarios andaluces.
Quizás es por ello su desprecio a los que creen en una carrera profesional en
la administración como debiera ser en un Estado de Derecho. Quizás por ello es
el maltrato a todos los que han accedido bajo los principios de igualdad,
mérito y capacidad y creen con firmeza en una administración se debe a los
ciudadanos, no a intereses personales o de partido.
“Bosteza de política banales”,
nacida para ser miembro destacado del PSOE andaluz. Es más, es que ella misma
es el partido socialista en toda su esencia, un partido que lleva 35 años
consecutivos gobernando la Junta de Andalucía, toda su historia. Con la mayores
tasas de desempleo de Europa, que revive de nuevo la salida de muchos andaluces
de España en busca de oportunidades laborales.
Lo tantas veces heredado de González, Guerra,
Chaves o Griñán y las no tantas perdidas en primarias, hasta que sale de
Andalucía, hacen que mire al resto de España con ojo inquieto y tema a los socialistas
críticos.
Esta mujer “no es de ayer ni del mañana”, sino de la cepa del partido andaluz
de siempre, es una fruta vana de esa Andalucía que ha pasado en la democracia y
no ha sido y tristemente, en pleno Siglo XXI, tenga la cabeza cana.
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