No
sabían cómo debían entregarse
Aunque
soñaran con el roce de piel con piel
Nadie
podía hacerles sentir impetuoso arrojo
Él tímidamente
la buscaba con su mirada
Y ella
quedaba turbada cuando la notaba
El
amor paseaba como un desconocido
Porque
hay veces que la vida no se deja mudar
Ni los
labios que se atraen se descubren
Y los
corazones aprisionados
Desiertan
del destino que les reclaman
Sin
encontrar el camino que les conduce a entregarse
Entonces
la heridas permanecen
Es por
ello tan tremendamente complicado
No soñar
en un tierno abrazo.
En
las ilusiones que arden
Que hace
estremece cuerpo encadenado al otro cuerpo
Porque
el viento desesperado no busca los abrazos
Y la
lluvia se impregna de la desidia
Penetrando
en sus corazones dejando huellas
Si no
llegan a lo más hondo del placer
Y
sepan eclipsarse en una verdadera pasión
Espero,
por ello, calma con mis versos
Las apetencias
de caricias y besos
Que se
pierden, tan sólo, por falta de atrevimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario