El gran Rey de Grecia, Euristeo, quería desterrar a Anfitrión,
Rey de Tebas, Heracles, hijastro de Anfitrión, se ofreció como esclavo a
Euristeo durante 99 meses, si permitía que su padrastro se quedase con el trono.
Euristeo aconsejado por Hera, la esposa de Zeus, que odiaba
a Heracles por celos porque era semidios hijo de Zeus y de una mujer mortal, la
Reina de Tebas, le solicitó que aceptase el trato, pero además le hiciese pasar
12 pruebas muy peligrosas para conseguir la libertad. Indudablemente le quería
muerto.
Entre los trabajos más peligrosos se hallaba el conseguir
las manzanas de oro de las hespérides, ninfas que vivían allí donde se acababa
el mundo. Las manzanas eran el fruto de un árbol que la madre tierra le había
regalado a Hera para su boda. Las hespérides, hijas del titán Atlas, eran sus
guardianas, junto a Ladón, un dragón que jamás dormía. Heracles, de forma
precavida, viajó al Cáucaso para pedir consejo a Prometeo, este le dijo, que no
recogiera las manzanas por sí mismo, porque cualquier mortal que las recogiera
moriría en el acto, para ello tenía que convencer algún inmortal para que las
recogiera.
Hasta aquí la leyenda, prosigamos más tarde con ella. ¿dónde
se ha situado este jardín? Para Estrabón, en su libro “Geografía”, el jardín de las hespérides
se encuentran en Tartessos, en un lugar en el sur de la península ibérica. Aún
así, lo cierto que la ubicación del jardín no está clara, siendo situado en
diversos lugares por otros autores, como Canarias o Marruecos, de la misma
forma que un paraíso guardado por bellas mujeres no es un mito sólo griego,
sino universal.
Aunque en la realidad la leyenda de Heracles griego, Hercules para los romanos, inspira parte de nuestra
identidad, ya que de la misma forma que la anterior prueba, la búsqueda del
ganado de Gerión, las manzanas del hespéride son asociadas por diversos autores
de prestigio, como Estrabón, en el ámbito de Andalucía, así como muestra la
estatua de Lisipo, encontrada en Sancti Petri, dedicada al héroe griego, con
las manzanas en la mano, reconocida como
uno de los símbolos del Museo de Cádiz. Sin olvidar que Heracles, en sus numerosos viajes para la
consecución de las 12 pruebas, separó los mares y levantó dos columnas, en los
límites de Europa y África, a ambos lados del Estrecho de Gibraltar, como monumentos
a esos viajes.
De hecho el escudo de Andalucía, concebido por Blas Infante,
se observa dos columnas con un arco de medio punto con las palabra latinas “Dominator
Hercules Fundator”. La relación está marcada en nuestra historia y nuestro
presente, sin lugar a dudas.
¿Qué significados se pueden atribuir a esta leyenda? resulta
más complejo de delimitar. Los griegos han considerado las manzanas como símbolo
del amor, es por ello que es un regalo de boda de la madre tierra, fruta que
concede la inmortalidad y la sabiduría. También la famosa manzana de la discordia
de la Guerra de Troya, fue robada del jardín de las hespérides. Para otros
autores, el jardín es el firmamento y hespérides las guardianas de las
estrellas.
Lo cierto, usando la imaginación, salvando el peligro que trae las
interpretaciones de lo mitológico, que Heracles vino al reino de Tartessos en
la búsqueda del conocimiento, situándola como una civilización muy avanzada para
su tiempo. Para Estrabón los los pueblos que habitaban nuestra tierra "...son considerados los más cultos de los íberos, ya que conocen la escritura y, según sus tradiciones ancestrales, incluso tienen crónicas históricas, poemas y leyes en verso que ellos dicen de seis mil años de antigüedad"
Para concluir, establecida la relación con nuestra tierra, con
el atrevimiento de realizar hipótesis
personales, relatemos el resultado de la undécima prueba que tuvo que superar
nuestro héroe.
Heracles, siguiendo los consejos de Prometeo, fue a
Marruecos, donde Atlas, el titán rebelde, sostenía la bóveda celeste, tarea encomendada por su padre Zeus como castigo a su rebeldía. Heracles le
propuso sostener por unas horas la bóveda si Atlas robaba las manzanas. Para
ello Atlas le hizo primero que matara a Ladón, el dragón guardián. Heracles lo
mató de un certero flechazo envenenado con sangre de Medusa.
Atlas, una vez robada las manzanas, le dijo a Heracles que
se quedará aguantando la bóveda mientras él le hacía el favor de llevarle las
manzanas al Rey Euristeo, ya que tenía las piernas muy largas y grandes zancadas. Heracles que sabía que le estaba engañando y que
Atlas lo que quería era liberar al resto de titanes e iniciar una nueva
revuelta contra el Olimpo, fingió creerle y le dijo:
“Encantado, pero antes sostenme un momento el peso,
mientras doblo mi piel de león y me hago un cojín para mi cabeza”
Atlas, creyendo que decía la verdad accedió, de esta manera
Heracles pudo llevar las manzanas ante Euristeo y cumplir la prueba, más tarde,
una vez cumplidas las doces pruebas y recuperar la libertad, llegó a matar a tres hijos de este Rey, en
venganza por las penalidades que le había hecho pasar en todo el tiempo que fue su esclavo.
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