Gallardón propone que los aforados pasen de 17.621, que
existen actualmente en España, a tan sólo 22. El Presidente del Gobierno, los
Presidentes del Congreso y del Senado, el Presidente del Tribunal
Constitucional y los presidentes de las comunidades autónomas. La
Vicepresidenta Sáenz de Santamaría ha corroborado la propuesta del Ministro de
Justicia, ha dicho que “el Gobierno es partidario de abrir el debate” y
que debería hacerse con “disposición de entenderse” con otras fuerzas
políticas.
Sí, sería una medida que estaría muy bien, no creo que quepa
la menor duda, máxime cuando en países como Alemania, Reino Unido o Estados
Unidos no tienen ese “derecho” de ser juzgados de forma distinta a cualquier
ciudadano, nadie, no hay ni un sólo aforado. Así como en Portugal e Italia que sólo cuenta con ese “privilegio” (es
obvio que es una palabra más correcta que derecho) el Presidente de la República,
o Francia donde sólo lo están el Presidente, Primer Ministro y los miembros del
Gobierno.
El caso de España es singular, si tenemos en cuenta la
apariencia dada por casos como Gürtell, los Eres o el caso del Puyol, hacen que
empañe la imagen de nuestro país, por mucho que Merkel venga a recoger queso en
el Camino de Santiago. Así como es tan polémico el caso de nuestro Ministro de
Justicia, el Sr. Gallardón.
De hecho hace tan sólo un par de meses promovió una polémica
reforma, para blindar a la familia real, Juan Carlos I, la Reina Sofía, la
Reina Leticia y la Princesa de Asturias. Criticado por asociaciones como Jueces
por la Democracia que se expresaba de la siguiente manera sobre tal
privilegio: “Dotarles de aforamiento civil es exagerado y contrario a la
doctrina del Tribunal Constitucional, que dice que no puede darse por estas
causas”.
Que los ciudadanos han perdido la confianza en los políticos
es un hecho palpable y elocuente, ya no se trata de la alternancia de gobiernos
conservadores y progresistas, se trata de un problema de corrupción, que el
mismo Gallardón manifestaba hace unos días: “España es un país donde ha
habido corrupción en un grado inaceptable”. Usado como argumentos de peso para
promover esta reforma.
Obviamente nos queda la duda si ha sido una propuesta de
cara a la galería, esencialmente porque Gallardón no sólo ha promovido más
aforamientos y de forma muy reciente, también ha promovido reformas para “eliminar”
los jueces estrellas de los casos de corrupción, favoreciendo así la seguridad
jurídica. Eso sí que tenga aforamientos y seguridad jurídicas los corruptos,
que los hay en grado inaceptable como muy bien usted dice, pero que se les
juzgue de forma limpia en los tribunales, no sólo no ha contribuido, sino que
ha favorecido, de forma absolutamente explícita, su entorpecimiento.
Habría que añadir que Gallardón tiene otro “privilegio”, el
de ser el Ministro más al ala derecha de la democracia, con nítidas y claras
diferencias. Para ello sólo hay que recordad su posición con el aborto, el
derecho a manifestarse o el precio de las tasas judiciales, que ha tenido
detractores hasta en su propio partido.
Parece una medida electoralista, esas cosas indecentes que
se hace en este país de cara a la galería, que no llegan a ser convincentes. Da
la impresión que si se llega a llevar a cabo desde este ministerio, presidido
por este señor, tendrá su contrapartida en la letra pequeña y acabará siendo un
número mayor los que tenga ese “derecho”, con muchas y mayores garantías de seguridad jurídica.
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