Ártemis,
hermana de Apolo, era la protectora de todos los niños pequeños y de los
animales en el periodo de lactancia. Tenía tan sólo tres años de edad estando
en los regazos de Zeus, su padre, le dijo: “Las parturientas me invocarán
muchas veces, ya que mi madre Leto me llevó en su seno y me parió sin dolores, y las parcas me han
hecho patronas del parto”.
La diosa primitiva, era una divinidad pastoral
muy honrada en Arcadia. La diosa de los
animales, al igual que la Tanit púnica, a diferencia de ésta última también
ostentaba la deidad de las mujeres solteras y de la caza y los bosques.
Ártemis
era celosa de su virginidad, odiaba el matrimonio, aunque cuidara atentamente a
las madres cuando daban a luz a sus hijos. Ella prefería cazar, pescar y nadar
a la luz de la luna en los arroyos, ríos y lagos de montañas. Si algún mortal
la veía alguna vez desnuda durante sus baños, como le ocurrió a Acteón, el hijo
del rey Aristeo, ella los convertía en ciervo y los mandaba despedazar por su jauría
de cincuenta sabuesos.
Exigía
a sus damas la misma castidad que practicaba ella. Cuando su padre, Zeus, se
sedujo a una de ellas, Calisto, hija de Licaón, y Ártemis se dio cuenta que estaba
embarazada, la convirtió en una osa y envío a su jauría para despedazarla, de
no ser porque Zeus se la llevó al cielo y poniendo su imagen entre las
estrellas, lo que hoy conocemos como la constelación de la Osa Mayor.
Todo
un portento con el arco, su dominio competía con el mejor de los hombres. Tenía
un afamado arco de plata construido en la fragua de los cíclopes. Utilizaba puntas
para las flechas de cuarzo y cristal de roca de una región del Peloponeso y algunas
flechas con la punta de obsidiana que guardaba para ocasiones especiales en su carcaj,
que estaba adornado de oro y plata
La
única vez que se enamoró ocurrió en una visita para cazar en Creta. Allí
conoció a Orión de Beocia, el hombre más bello de los mortales y muy astuto en
la caza, cuando sus miradas se cruzaron, en un lugar que los olivos lindaban
con el bosque, sintieron una atracción y admiración mutua. Y Ártemis le dijo a
Orión:
“–¿Por
qué no salimos juntas a cazar?. Así veremos quién consigue más cabras salvajes
–Yo
no soy rival para una diosa como tú, pero me encantaría verte disparar”
El
dios Apolo lo había oído y se sintió muy ofendido, porque su hermana se hubiera
enamorado de un mortal. Así consiguió a través de difamaciones que la diosa Hera
enviara un enorme escorpión, más grande que un elefante, para acabar con él. Se
defendió con todas sus flechas, más tarde con su espada, hasta que descubrió
que su coraza resistía cualquier arma de los mortales. Con el sacrificio de sus
sabuesos consiguió escapar y se tiró al mar en dirección a Delos, para que lo
protegiera Eos.
Apolo
preparó otra artimaña, llamó a su hermana y le dijo:
“–¿Ves
esa cosa negra que se ve ahí en el mar, a lo lejos cerca de Ortigia? Es la
cabeza de un villano llamado Candaón, que acaba de seducir a Opis, una de tus
sacerdotisas hiperbóreas. ¡Te desafío a que lo atravieses con una de sus
flechas! ”
Ártemis
fue engañada por la astucia de su hermano, Candaón era el apodo beocio de
Orión, ella no lo sabía. Apuntó certeramente y acabo con su vida. Cuando fue a
recoger su presa descubrió que había atravesado a Orión por la cabeza. Entonces
Ártemis colocó la imagen de Orión entre las estrellas, eternamente perseguido
por un escorpión.
Se
ha tratado de resumir la interesante historia de la mitología de esta primitiva
cazadora, para ello se ha seguido a Robert Graves y Féliz Guirand. Como señora
de “las cosas salvajes”, o patrona de todos los clanes totémicos recibía
sacrificios en todos los lugares en donde los griegos tuvieron influencias. Ya
Estrabón, en el Siglo anterior a Cristo, recoge que en todas las colonias
griegas, se llevó la imagen y el ritual de culto a la Ártemis de Efesia.
También
en la península ibérica, el geógrafo griego puntualizaba que entre algunos
pueblos ibéricos se extendió el culto a Ártemis. Como el hallazgo de una
Ártemis en un entalle romano de la Malaca Imperial, siguiendo a Pilar y Manuel
Corrales, para estos autores su presencia se asocia a la presencia Fenicia,
ligados a santuarios y espacios consagrados a Tanit, asumido por Astarte o
Caelesti, así como la Diana romana, en donde esa relación Tanit-Ártemis asumen
su papel de diosas de la fecundidad y su carácter lunar.
Para
concluir, en honor a esos antiguos pobladores, la referencia a una diosa
primitiva que le gusta correr por los montes y valles, que cuando la caza ha
alegrado su alma, distiende su arco flexible y entra en la vasta morada de su
hermano Apolo, dios de la música, en el rico país de Delfos, ordenando a los
coros de Cárites que embriaguen su alma, entonces y sólo entonces, cuelga su
arco y su carcaj y sus sacerdotisas vestidas entre guirnaldas y hermosas capas
de colores, guían el canto de los coros.
MITOS Y LEYENDAS CLÁSICOS
MITOS Y LEYENDAS CLÁSICOS
Excelente entrada. Muy completa la información sobre esta diosa griega y a la cual debo mi nombre. Es mi favorita de siempre.
ResponderEliminarGracias. ;)
Gracias Diana
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