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Entre
dos copas de vino
Esperando las sábanas anda nuestros cuerpos
Esas tiernas caricias que nos diluyen en
una sola persona
Humedecidos los labios
Esperando el néctar que lentamente nos
embriagará
Y es que tan sólo soy una extensión de tu
cuerpo cuando estoy dentro de ti
Y quisiera oír tu voz
Para calmar mis ansias te necesito cerca de
mí
En un tiempo envuelto en rayos mágicos circundados por nuestra pasión
En un tiempo remoto
Nuestros labios se alimentan de un arcaico néctar
Y de viejos versos que huían de mi corazón
de tanto que te deseo.
Precioso, Eduardo.
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