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Espero que vivas bien y disfrutes de tus amantes |
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Sentía que mi corazón se impacientaba por nuevas fragancias |
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Ahora ya tendremos diferentes caminos por separado |
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¿Y no es el amor sentir nuevas sensaciones en cada caricia? |
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Aún me duele la herida que dejaron en mi pecho los dardos de Cupido |
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Debe saber que las heridas las curan nuevas experiencias voluptuosas |
En este periodo del renacimiento de la luz y de la vida, como buen Cupido, los mejores deseos para las Saturnales. Me ha parecido que la felicitación más idónea debía hacerse con algunas reflexiones sobre la vida sexual; espero que sean provechosas para esas personas que tienen hambre, tanto para personas activas como pasivas. Advierto, no pretendo deleitar con los requiebros de mujeres y hombres que derraman su aroma en otros lechos a escondidas
Para las mentalidades más costumbristas y católicas no hay amor más ingrato que el que se lleva a hurtadillas. Habrá quien piense que soy culpable; tal vez lo sea, porque no puedo evitar usar mi arco con sus dardos de hechizos de amor para facilitar un buen rato de sexo, lo que coloquialmente se llama un buen revolcón, en su significado más genuino. Aunque en mi descargo hay que decir que actúo con responsabilidad, con un sentido muy pagano de mis obligaciones a las que me debo al servicio del dios soberano Júpiter.
¿Que por qué me fijé en ella? ¿Es que acaso saben ustedes qué es la desesperación por la pasión? Pues se asemejan a un intenso dolor que recorre cada poro de tu piel, pues se produce cuando no puedes arroparte con el cuerpo de tu amante por un deseo salvaje provocado por mis artes. Que lo voy a hacer, soy Cupido, casi fue sin querer. Mientras ahora sus amantes lloran amargamente ante su tumba, mientras ella anda confundida sin rumbo en el inframundo y no tengo el poder para rescatarla.
Esa mañana no sería igual que otras mañanas; es cierto que me había fijado en el dibujo apetitoso de su cuerpo, Preparé mi arco, de mi carcaj uno de mis dardos embriagado de esa pócima de amor, tensé la cuerda; el objetivo me llenaba de gozo y satisfacción. Todos los hombres y las mujeres se volvían a mirarla cuando pasaba por su lado y ella no miraba hacia atrás. Todos y todas sentían su embrujo y eso atrajo mi atención.
Las travesuras de
Cupido... Nochevieja con mango
Es normal que la
salud me afecte para cumplir mis obligaciones como dios del amor y ayudante de la
diosa Venus, lo que estaba provocando un serio disgusto en el Panteón Romano,
la casa de todos los dioses, y el enfado de Júpiter, dios soberano, vengativo y
cruel con quienes no cumplían con sus designios.
De esta forma, con la intención de felicitar un nuevo año, he visto necesario preparar una de mis pícaras travesuras. Como en el Panteón ya se estaba preparando un banquete para la última cena del año, con la mesa colmada de ricos manjares y deliciosos néctares, como el que no quiere la cosa, me dio por probar ese fruto anaranjado, con una mixtura dulce y agrio que se encontraba sobre la mesa.
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| Extraído en el link |
Ella se sentía jugosa,
anhelaba todo lo que siente una mujer y estaba encerrada en un cuerpo de
hombre. Sola en su dormitorio, delante del espejo, acariciaba su cuerpo con denodada
pasión. Cuando cerraba los ojos, imaginaba que estaba circundada por dos
muchachos desnudos y afeminados.
Los labios voluptuosos de los jóvenes jugueteaban con su piel.
El despertador no paraba
de sonar, Antonio aunque en un principio estuviese perezoso, acabó levantándose
con la misma energía de cada día. Con su taza de leche en el microondas,
preparaba su rebanada de pan en el tostador, mientras recordaba como Ángeles,
su madre, le había repetido tantas veces que lo dejara apagado: “Antonio tienes que dejar el botón así...”
Vivía en un piso pequeño, a Ángeles le costaba tanto asumir que quisiera volar, lo había pasado tan mal en el colegio de pequeño, era tan especial y no podía entenderlo, siempre era tan bueno y tan cariñoso.
Esa tarde ella estaba sola en su hogar; su marido estaba con los amigos de copas. Así que cuando él fue a visitarla, con voz vehemente le insistió a que se quedara tan solo un rato. Le ofreció esa infusión de maca que tanto le gustaba, con unas pastitas caseras recubiertas de canela, que había preparado con mucho amor esa misma mañana, por si…
Las Navidades, tal como las conocemos, vienen de tradiciones muy arcaicas. Ya el árbol de Navidad, que para mí es algo moderno, no fue hasta San Bonifacio, en el siglo VII. Cuando les daba un sermón a los “pobres” druidas en el momento del cambio de estación del otoño al invierno, cortó el árbol que para ellos simbolizaba el Universo y sembró un abeto, que adornó con manzanas y velas como símbolo del amor puro a Dios.
Lentamente recorría su cuerpo en la bañera, frotando su cuerpo con delicadeza, mientras las lágrimas de su amargura mordían en lo más profundo de su ser. ¡Se sentía tan abandonada e indefensa!
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| El dios Mercurio |
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| Juno y Júpiter |
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| Extraído en el LINK |
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| Dios Priapo, mosaico encontrado en Bobadilla |
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| Extraído en el siguiente link |
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