Esta terrible pandemia debe su nombre a Cipriano, obispo de Cartago, que dejó testimonio y detalles sobre ella, a partir de eso la plaga fue vinculada a su nombre.
Resulta curioso que a esta plaga haya caído en el olvido entre los estudiosos del Siglo III, con muy pocas menciones de los expertos del Imperio romano de este periodo. Además una plaga bastante duradera, que tiene su inicio en Egipto en el año 249. Estuvo dos décadas causando estragos, con mayor o menor virulencia, hasta el hijo del emperador Galo falleció infectado, a principio de la década del año 250, y hasta un mismísimo emperador, Claudio, muriera de la pestilencia en el año 270