En la obra del historiador
británico Paul Preston, "El Holocausto Español", nos expone como en el
mes de agosto de 1936 Lorca estaba refugiado en casa de su amigo, el poeta Luis
Rosales. Cuando el que había sido diputado conservador de la CEDA en Madrid durante la II República, Ramón Ruiz Alonso, que albergaba rencores contra Lorca y contra
los Rosales, pidió instrucciones al general Queipo de Llano, le dijo:
"Dale café, mucho café". Federico García Lorca fue fusilado a las
4.45 horas de la madrugada del 18 de agosto de 1936, entre Alfacar y
Víznar, al nordeste de Granada.
Para el catedrático de
Historia Contemporánea, Leandro Álvarez Rey, lo ocurrido fue una brutal
represión, con expolios, presos, fusilados, exiliados, etc., ni siquiera la
guerra de la Independencia con la ocupación francesa fue tan terrible para
Andalucía, un genocidio, con toda la crudeza de su significado. En nuestra
tierra asesinaron un tercio del total de las víctimas de toda España. Aunque no
se conocen las cifras con certeza, este historiador estima que en torno a
54.000 andaluces fueron fusilados, la mayoría hombres, pero también mujeres y
niños, por 8.700 por la represión republicana. Una diferencia mayúscula, porque en el bando republicano hay que añadir los niños huérfanos, las
madres viudas, maltratadas y violadas, los exiliados y todas las personas que
aún hoy en día se encuentran en fosas comunes. Sus familiares no pudieron
darles un entierro digno.