martes, 26 de mayo de 2015

A por un nuevo proceso constituyente....

Hace unos cuantos años hubiera parecido una utopía pensar en un nuevo proceso constituyente en nuestro país. Los últimos resultados electorales lo contradicen de forma explícita. El bipartidismo retrocede a un porcentaje del 52 %, su cota más baja en unas elecciones municipales o generales en España, en los casi 40 años de democracia.

Desde amplios sectores de la sociedad este proceso ya está abierto en la calle, comienza en la primavera de 2010, con el movimiento del 15 M. No obstante, ¿Qué significa un nuevo proceso constituyente?


Nuestro actual marco de convivencia se regula por la Constitución de 1978, para el Catedrático de la UNED, Torres del Moral, en la Transición pasamos del régimen totalitario del franquismo a la democracia, por lo tanto nace en las cenizas del anterior régimen. De forma que esta democracia se construye con ideas nuevas y se conservan algunas antiguas, ésto nos ha servido unas decenas de años con éxito, no obstante a pesar de ser la Constitución más joven de los países más desarrollados, resulta que parece envejecida.

Si nos centramos en la historia constitucional de nuestro país, ya sea por el peso específico que contiene o por el tiempo que estuvieron en vigencia, nos marca como hitos más importantes la de 1812, la de 1876 , la de 1931 y la actual de 1978. En todas ellas, salvo en la del 78, evidentemente basada en nuestro idiosincrasia, historia e influencias externas, suponen una ruptura en ese momento, es evidente que no ocurre así con nuestra vigente Constitución que cumplió una excelente labor en ese paso de un régimen autoritario a una democracia, alabado por las organizaciones internacionales de forma clara.

Que le debemos mucho a la Constitución de 1978, así como a todas las personas que la hiciera posible, se muestra como un hecho fuera de toda duda, para consolidar la democracia cumplió su labor con sobresaliente, también parece fuera de toda duda que ya se debería haber abordado su renovación hace más de una década. Ahora, en la actualidad, nos encontramos que nuestro sistema democrático se ha creado con materiales que no se ajusta a nuestra sociedad, que hace que la estructura presente fisuras en la misma línea de flotación.

De hechos las alabanzas de finales de las décadas de los 70 y los 80 a nuestro país de organismos que defienden los derechos humanos, se han tornado en la actualidad en críticas por una sociedad sin independencia del poder judicial, cargada de clientelismo y falta de moral, con una crisis abierta en los derechos civiles.

Hay quién le puede parecer exagerado, aunque los informes de Amnistía Internacional:

O las críticas del Consejo de Europa por tener un SMI insuficiente:

Tanto así, la imagen de nuestro país en la prensa europea, con el Sr,. Zapatero, el Sr. Rajoy, la Corona, los Gurtell, la Formación Profesional, como en esta caso dedicado al Sr. Rajoy:

Hace falta un nuevo proceso constituyente, existe un claro desequilibrio de poderes, el poder legislativo, ejecutivo y judicial se difumina en un sólo poder, la partitocracia, controlada a su vez por los poderes fácticos, hablando en plata, la banca, las olirgaquías... las castas. La corrupción no debe quedar impune, mientras se pierden derechos y desalojan personas de sus casas.

Es necesario modificar el sistema electoral, regular el empleo público en su acceso bajo los principios de igualdad, mérito y capacidad, suprimir instituciones como el Senado o Diputaciones, Eliminar los numerosos puestos directivos de las distintas administraciones, entre tantas cosas.

La Sociedad ha comenzado a reclamarlo, caminemos, que el recorrido no estará exento de obstáculos, construyamos una Constitución que sea abierta a Reformas, la nuestra está cerrada, que sea fácil de modificar como lo son las de cualquier país avanzado de nuestro entorno, comencemos a construir una sociedad más justa, equitativa y abierta a las oportunidades por la valía de cada uno, así como a una justicia realmente igual para todos sin ningún tipo de excepciones.


Así, hablando en plata de nuevo, es para decir que no es una utopía, eso nos quieren hacer creer, aunque tenemos un gran poder en nuestras manos, en las urnas, reflexionemos sobre la posibilidad de cambiar nuestro voto, no votes a lo que representa el bipartidismo, contribuye a ese cambio verdadero en nuestro país. Seamos responsables a la hora de votar en las elecciones generales de noviembre, de ello depende el futuro de nuestra gente.

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