Fotografía de Romero de Torres |
Iniciamos una nueva etiqueta de entradas en mi Blog, que trata sobre el patrimonio cultural y arqueológico de Jimena de la Frontera. En este primer envío abordaremos la Declaración de Monumento Nacional de “el Castillo y el Algibe de Jimena de la Frontera”, por Decreto de la República, de 3 de junio de 1931, publicado en La Gaceta al día siguiente.
Se muestran unas pinceladas de los antecedentes del citado Decreto, con el objeto de indagar sobre los motivos para incluir nuestro Castillo y sus hermoso Aljibes.
ANTECEDENTES
Todo comienza en 1900
con una iniciativa de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, con la vasta
empresa de confección de los Catálogos Monumentales de España por provincias.
Semanas después se produce la creación del
Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Y pocos años más
tarde se crearía el Centro de Estudios Históricos (CEH), apoyado en la
fotografía para conocer el Patrimonio.
Otro momento
importante, en 1926 se aprueba el Real Decreto Ley de Conservación del Tesoro Artístico, conocido como "Decreto Vallejo" por su impulsor, hay
que tener en cuenta, como nos dice Teodosio Vargas-Machuca, en su libro sobre
OBA, que el Decreto que incluye como BIC nuestros monumentos, se realiza de
acuerdo a este Decreto-Ley
A rasgos muy generales
y sintetizados, vemos que hasta llegar a 1931 el Estado asume el interés
público por el patrimonio, con medidas
de modernización y con modificaciones
del ordenamiento jurídico.
LA REPÚBLICA
A los pocos días de
la proclamación de la República, Niceto Álcala-Zamora, Presidente del Gobierno
Provisional, a propuesta de Marcelino Domingo, Ministro de Instrucción Pública
y Bellas Artes, nombra Director General de Bellas Artes, al historiador malagueño Ricardo de Orueta.
Precisamente uno de los dos personajes que quería destacar, porque Ricardo de Orueta fue uno de los principales promotores y artífices de concienciar hacia la responsabilidad en la protección del patrimonio histórico y arqueológico, su trabajo, no suficientemente reconocido, quedaría reflejado en la normativa promulgada con su impulso.
Es a instancia suya,
que a los dos meses de su nombramiento,
entrara en vigor el citado Decreto,
donde 731 obras fueron declaradas monumentos históricos-artísticos pertenecientes
al Tesoro Nacional, incluyendo iglesias, monasterios, castillos, cuevas, despoblados,
palacios, etc., también el Castillo y el Aljibe Central del Cerro de San
Cristóbal.
Para Cabañas Bravo,
investigador del CSIC, no había precedentes anteriores de tanto alcance, desde
que las declaraciones comenzaran en 1844 hasta 1931, solo eran 325 reconocidos
en toda España, además no incluían todas las provincias, como si lo hace a
partir de ese momento.
Para Cabañas ya se estaba produciendo un trasvase de la vieja empresa académica
iniciada en 1900, de tal forma que los Catálogos Monumentales provinciales ya
se encontraban custodiados en el Ministerio en el 1931.
Ricardo de Orueta,
además de este decreto, promueve medidas contra el expolio y es muy destacada
la Ley de 1933 relativa al Patrimonio Artístico Nacional, una de las
legislaciones más importantes del Siglo XX, que se mantuvo en vigor hasta 1985.
Republicano convencido, su muerte se produjo en febrero de 1939, poco antes que
las tropas franquistas entraran en la ciudad madrileña.
Me quedo con las
palabras de Orueta, para explicar su postura, así como mi admiración y respeto:
“Hay que hacer ambiente sobre todo esto.
Hay que convencer al pueblo que las joyas artísticas son intangibles, que nos
pertenecen a todos, que son nuestra historia, nuestras grandezas, que hay que
conservarlo y defenderlo. Como sea...”
EL DECRETO Y EL
CATÁLOGO MONUMENTAL DE LA PROVINCIA DE CÁDIZ
En la provincia
gaditana el Decreto de 1931 reconoce a:
“Catedral
de Cádiz; Murallas y Alcázar, con sus baños y capilla de Jerez de la Frontera;
Santiago, San Marcos y San Miguel en Jerez; Iglesia Colegial de Jerez; Castillo
de Tarifa: Castillo y Algibe de Jimena de la Frontera: Castillo de Veger;
Castillo de San Romualdo en San Fernando; Arco de la Pastora en Medina Sidonia;
Santa María de Arcos de la Frontera; Santa María de San Lúcar de Barrameda;
Santa María de Medina Sidonia”
El encargado de llevar a cabo el Catalogo Monumental de la Provincia de Cádiz fue Enrique Romero de Torres, hermano del famoso pintor de la mujer morena. Ahí llegamos a la siguiente figura que quería destacar, porque Romero de Torres dedicó toda su vida al estudio de nuestros tesoros arqueológicos.
La catalogación de provincia
gaditana se trataba de un empresa “llena
de obstáculos y grandes sinsabores”, recorriendo toda la provincia para
inventariar monumentos y objetos de carácter público y privado, en el plazo de un
año. Muy importante, que está acompañado de información gráfica (en las notas
bibliográfica se puede acceder a todas la fotografía realizadas en Jimena de la
Frontera). Aunque se terminó en 1909, no se llega a publicar hasta 1934.
Centrándonos en su
paso por Jimena en 1908, como el mismo refiere en el texto, es muy destacable,
por motivo de la aparición de la estatua con togado (ya hablaremos de ella en
su momento), proponga al Alcalde del municipio que se guarde en el
Ayuntamiento, así como todos los objetos que fueran apareciendo y “se llegaría a formar un pequeño museo
interesante y no se perderían para siempre estos preciados restos arqueológicos
que eran como un pedazo de nuestra historia patria”
En el año de 1908, D.
Antonio Álvarez Delgado, era el Alcalde Presidente del Ilustre Ayuntamiento de
la Muy Leal y Fiel ciudad de Jimena de la Frontera.
Romero de Torres resume
los elementos de nuestro Castillo, “su hermosa puerta con sus dos gallardos
arcos apuntalados y ultrasemicirculares”, a su lado el torreón de la entrada, “donde está colocado el reloj de la villa”,
la plaza de armas,
murallas, etc., así como “los magníficos
aljibes que se comunican entre sí por anchas galerías y grandes arcos de más de
seis metros que sostienen robustos pilares de ladrillo y piedra”, como él
mismo muestra con tres fotografías dedicada al Aljibe Central.
Para concluir, me
quedo con palabras de Romero de Torres, son dignas de reflexión:
“Este
Castillo, que defendía la villa en aquella época de continuas invasiones,
sorpresas, luchas y guerras civiles, está muy destrozado, más que por los
estragos del tiempo por la barbarie de los hombres”
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
Me parecía oportuno y necesario, dejar constancia de mis fuentes.
Os suscribo un enlace para estas notas con las referencias bibliográficas, se irán acompañando, en su caso, con documentos y fotografías:
PRÓXIMO ENVÍO DE ESTA
SERIE:
Año 1967: El Informe
del experto restaurador con la actuación en el Mosaico de Marchenilla y una
curiosidad: un Informe de un arquitecto de prestigio de un proyecto de
rehabilitación del Castillo de Jimena que no se llevó a cabo.
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