viernes, 6 de enero de 2012

A la cabeza de la precariedad laboral en Europa





En 1980 se aprueba el Estatuto de los Trabajadores, con el acuerdo de UGT y CEOE, siendo Calvo Ortega Ministro de Trabajo, sin contar con voto favorable de las CCOO de Marcelino Camacho, aún por camino que recorrer y sus defectos, no debemos olvidar que este Estatuto supuso un cambio radical de mejora con la normativa laboral franquista.
Partíamos de una grave crisis, nacida en 1973, por cuestiones energéticas, que nos llevó a superar el 20 % de desempleo en nuestro país, con determinada regiones a la cabeza, para Marcelino, los Acuerdos y el Estatuto de 1980, que desarrollaba el precepto constitucional del Artículo 35.2, no estaban dando soluciones sólidas para los trabajadores, en la actualidad, a pesar de que la situación social y económica han cambiado de forma substancial, contando con infinidad de matices diferenciadores, se encuentran algunas coincidencias.
Teniendo en cuenta que se han producido grandes avances, no se puede obviar que las modificaciones más sustantivas, en estos años de democracia, han tenido un carácter regresivo, como diríamos aquí en Jimena: “vamos para atrás como los cangrejos”. Modificaciones que supusieron en su día tres Huelgas Generales a Felipe González, una a Aznar y otra a Zapatero. A día de hoy, pesar de las Reformas del Gobierno saliente de Zapatero y de las que quedan por venir del Gobierno entrante de Rajoy la economía sigue en recesión y el número de desempleados sigue aumentando sin saber como frenarlo, dando que pensar si el camino tomado no es el más adecuado o tal vez debiera estar acompañado de otras medidas más consecuentes.
Y es que si hacemos un balance desde entonces, nos enfrentamos a la dura realidad, ya que nuestro país está a la cabeza en desempleo y en pésima condiciones de trabajo, que hace que nos encontremos a la cabeza en la precariedad laboral en Europa. Prueba de ello es la situación del SMI en España, definido en el Artículo 27 de la versión actualizada del citado Estatuto de los Trabajadores, situados en los últimos lugares de los países UE; unido a la congelación salarial, sin embargo con el aumento de impuestos y de los precios; o el abaratamiento del despido y, unido a ello, lo que para los expertos es uno de los problemas a solucionar, el aumento de la temporalidad, que desde la última Reforma en 2011, los agrava, ya que se suspende el límite del encadenamiento de contratos temporales; los contratos formativos abren la posibilidad de contrataciones hasta los 30 años; lo que queda por venir… lo mejor una apuesta sobre cuando será la próxima huelga general en España, según el camino que lleva tantos cambios laborales.
Es curioso que hoy salga en la prensa digital, sobre la misma temática, la recomendación de la moderación de salarios de los directivos, supongo que también estará referido a los banqueros, de todas formas: “inaudito pero cierto”, porque esta vez han sido ellos los culpable de este desaguisado internacional, grandes directivos y grandes banqueros, cuando todavía no hemos tocado fondo, se ha elevado la edad de jubilación, congelado pensiones, bajado de sueldo a empleados públicos, reformado los contratos de formación, aumentado la temporalidad, subida de impuestos, etc., para el ciudadano de calle sufridor, para el asalariado, también para el pequeño empresario, para el empleado público, para el pensionista, etc., ahora a ellos, después de ganar suculentos beneficios en algunos casos, sólo le recomendamos, ¡¡¡valiente país tenemos!!!
Obviamente sin entrar a valorar a como se han configurado las Políticas Activas de Empleo, muy ligado para algunos expertos a las soluciones o los caminos para enmendar el desatino referido, Políticas que están reguladas en la Ley de Empleo, que nace también en 1980, además no sólo en un contexto socioeconómico y tecnológico distinto, porque entonces se caracterizaba por un Servicio Público de Empleo en monopolio estatal, el INEM, a partir de la nueva Ley de Empleo en 2003, con el Gobierno de Aznar, acentuado por las últimas modificaciones en 2010 y 2011 del Gobierno de Zapatero, las competencias son derivadas a las Comunidades Autónomas, si bien es cierto que nos situamos ante un contexto más complejo y dinámico, donde se hace necesario acerca los servicios a los trabajadores, empresas y familias, también es cierto que acentúa las diferencias en los servicios y en la planificación de la oferta para los ciudadanos, porque si la Ley de Empleo establece un Catálogo de Servicio que garantice, en todo el Estado, unas condiciones de igualdad en el acceso a los mismos, no podemos regular más tarde que cada Comunidad Autónoma actuará según los recursos disponibles de unas y otras, porque unas tienen más que las otras,  tal vez la virtud se encuentre, como casi siempre, en el término medio, que en nuestro país de las autonomías debe de estar entre la asunción de competencias y la solidaridad.
Si resulta necesario una Formación Profesional para el Empleo de calidad, que se diseñe teniendo en cuenta una economía sostenible y las ocupaciones referidas a sectores emergentes, adecuándolas a cada territorio, si es necesario una orientación profesional que atienda a los distintos intereses y motivaciones de los trabajadores y las necesidades de las empresas, no obstante no debemos olvidar que también forma parte de las Políticas Activas de Empleo el fomento del espíritu empresarial y de la Economía Social. Si lo que hace falta es empleo, trabajemos en generarlo, apoyemos las iniciativas emprendedoras, que apoyen el mantenimiento y las nuevas contrataciones de puestos de trabajo, que se genere un tejido empresarial que nos permita crecer, como hace poco he escuchado de un amigo de Tesorillo que decía: “que no falte el sueldo que llevar a casa”.
Es la mejor forma de atender a las personas con especiales dificultades de acceso al empleo, no es que no sea necesario un asesoramiento, una orientación, es un trabajo ineludible, teniendo en cuenta también la necesidad de darle una mayor sistematización a los recursos de orientación y de intermediación laboral, que no destacan por ser pocos, más bien por su organización dispersa y la falta de líneas de trabajo coordinadas. Desde mi punto de vista, con los errores que pueda tener, pienso que lo que hace falta de forma prioritaria, el camino a seguir, es generar más empleo y dotarlos con la calidad en las condiciones de trabajo que tienen en otros países de Europa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario