Cuando oímos expresiones como "fracaso escolar" o "tasa de desempleo", debemos ser conscientes que revelan una realidad manifiesta cuando la establecen datos oficiales de organismos internacionales como EUROSTAT o la OCDE.
Que van acompañadas de connotaciones negativas, porque no se pueda ocultar que "fracaso" va ligado a perdedores, o que una alta "tasa de desempleo" va ligada a pobreza y ambos conceptos, a su vez, a una pésima configuración de las políticas educativas, de empleo y sociales. Es evidente que debería ser tema de reflexión... por lo menos.
Hay que añadir el trato denigrante que ha recibido nuestra tierra por políticos de otras comunidades, que acentúan esa necesidad de reflexión. De hecho políticos como Marta Ferrusola, Alejo Vidal-Cuadras, Jaime Mayor Oreja, Esperanza Aguirre, Durán y LLeída, Alber Rivera, Montserrat Nebreda, Joan Puigcercós, Artur Mas y un largo etcétera, "me cago en tos sus castas" y perdónenme la expresión, porque todos los pueblos merecen respeto, también el nuestro. Me quedo con esta perla del muy honesto y honorable, Jordi Pujol:
El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido […] es generalmente un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y miseria cultural, mental y espiritual
En realidad Pujol no ha sido un ejemplo de honestidad, ni el mejor ejemplo para insultar a los andaluces por miseria espiritual precisamente, ni todos los ciudadanos de Cataluña tiene esa forma de pensar sobre nosotros.
Habría que analizar la historia, esa disciplina que marca la identidad de las naciones y de los pueblos, que singulariza el imaginario que compartimos para definir lo que somos, para contestar algunos comentarios xenófobos y los que están fuera de tono, que no gustan y cansan, como Rivera que iba a traernos cañas para enseñarnos a pescar, un poco de respeto "muchacho", que aquí pescamos hace miles de años.
Porque ya esta tierra fue objeto de estudio hace dos milenios de innumerables geógrafos e historiadores del mundo antiguo, de la península en general sí, aunque de esta tierra en particular, ya decía Estrabón hace dos milenios, que los turdetanos era el pueblo más cultivado de toda Iberia y que tenía lengua escrita hacía otros seis milenios atrás.
La Gades fenicia se sitúa como la ciudad más antigua de la Europa occidental, antes que Madrid, Barcelona, París o Londres. Riqueza y esplendor de esa población autóctona, con colonizaciones fenicias, griegas y púnicas que vinieron atraídos por sus riquezas, del que existe un legado arqueológico formidable, además de las fuentes clásicas.
La provincia romana de Baetica, lo que sería la Andalucía romana, aportó dos de los más grandes emperadores romanos de toda su historia, Trajano y Adriano, así como probablemente el más grande de sus filósofos, Séneca.
De la misma forma, el Califato Omeya de Córdoba y, más tarde, el Reino Nazari de Granada, fueron famosos por estar entre las ciudades más avanzadas del mundo conocido de ese tiempo en Astronomía, Matemáticas o Medicina, también motivo de orgullo el tener entre los nuestros uno de los filósofos más importante de la Edad Media, Averroes.
De esa forma, en el Día de la Hispanidad, sin una búsqueda aparente de pretensiones nacionalistas, entiendo que sí como motivo de profunda reflexión, como nuestra Andalucía, pujante y llena de esplendor, en diversos momentos, como casi ningún otro lugar en toda la Europa occidental, durante casi 3000 años, pasa a ocupar, de forma sistemática, los últimos lugares del Reino de España, al menos que no quede la reflexión y que sirva para poner en su sitio a más de un "espabilao", según no transmite nuestra propia historia, aquí si que nos sobran los motivos, comparado con catalanes y vascos.
Buena reflexión. La suscribo y apoyo.
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