El comienzo de nuevo año hay quienes se sobrepasan, pasando un mal día, para ello hay remedios caseros como beber agua en abundancia, comida suave rica en vitamina C, no beber café, un ibuprofeno, etc. Pero ¿Y los romanos?, ¿también tenía remedios para la resaca?
Lo primero sería muy
apropiado recordar al filósofo hispano Séneca, por aquello que decía del vino: “que eso que llaman placer, cuando ha
rebasado la medida se convierte en tormento”
Y es que para los
romano el vino tenía una importancia fundamental, con implicaciones religiosas
y sociales. Eso sí frente al libre consumo por los hombres, las mujeres lo tenía
prohibido, pues para ellas eran más proclives a desinhibirse bajo la influencia
del alcohol. Hoy es conocido
popularmente que eso ocurre con mujeres y también con los hombres, además en la
antigua Roma las mujeres no se abstenían de beber vino en los bacanales.
Los romanos también
tenía remedios para la resaca, quién sabe si ese fue el motivo verdaderamente
importante para la caída del Imperio. Como por ejemplo, el regaliz, que ya se
usaba por sus propiedades medicinales.
Otro remedio utilizado en la Antigua Roma era la berza, ya que se pensaba que protegía de la embriaguez y acababa con la resaca. En palabras de Anaxándrides “Si en este momento os dais un baño, y engulís berza en cantidad, cesará la pesadez y se disipará la nube que ahora hay sobre vuestra frente”. Aunque eso no me extraña, porque un potaje de berza gaditana quita el “sentío”, hay motivos para esperar que se lleve consigo a la resaca.
Berzas jerezanas |
Otro remedio utilizado
eran las almendras amargas, como decía Plutarco, usado por el mismo Druso, hijo
del César Tiberio. Por su amargura extraen la humedad, de tal forma que existía
la creencia que también se llevaba por delante los malos humores que se
producían en la cabeza por el exceso de vino. En este aspecto, los salazones
eran muy tradicionales en la cocina romana, tan antiguo como acompañar
almendras degustando los salazones, es de pensar que si lo acompañaban con vino
en abundancia, lo hacía esperando al día siguiente
También se tenía la
creencia que algunas flores como la corona de violetas o rosas, aminoraban con
su olor los dolores de cabeza de la resaca.
Plinio el Viejo
consideraba que había que freir un canario y devorarlo, para de esa forma
eliminar las carretas de la cabeza por los excesos. “Pobre” canario,
evidentemente se entiende que sería sin plumas y desollado.
Así nos podemos
encontrar una infinidad de remedios, sigo pensando que tanto antes como ahora, la moderación en su consumo es mucho más afectiva. También los romanos tenía remedios contra la
calvicie, pero lo dejaremos para otra ocasión.
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