HISTORIA DE ROMA CONTADA POR CUPIDO
SEGUNDA PARTE: RÓMULO Y REMO
Cuando murió el Rey
Proca de Alba Longa, le sucedió en el trono su hijo mayor Numitor, pero su
hermano pequeño Amulio era muy celoso. Ya se puede imaginar lo que ocurre
cuando son dos los que quieren el mismo reino, ¡no podía acabar bien!
Amulio expulsó a su hermano de Alba Longa y tomó la corona. No quedó solamente en eso, porque a Amulio era conocedor de una profecía que decía que sería asesinado por un descendiente de su hermano Numitor. Ni corto ni perezoso hizo que mataran a sus sobrinos varones y que su sobrina Rea Silvia se convirtiera en virgen Vestal. Treinta años de obligado cumplimiento para la vestal, so pena de ser enterrada viva y quienes tuvieran relaciones sexuales con ella fueran golpeados hasta su muerte.
Se dice, se cuenta,
se rumorea, que fue a recoger agua en un día de calor al río. Así que en la
oscuridad de un eclipse solar, fue tomada por el Dios Martes, que solamente
bajaba a la tierra para entretenerse con bellas mujeres o para organizar alguna
guerra que otra. Para desgracia de Amulio, Real Silvia quedó en cinta, nada más
y nada menos que de gemelos, Rómulo y Remo.
El enfado de Amulio
fue monumental, encerró en una prisión a Rea Silvia y ordenó a sus sirvientes
que ahogaran en el Río Tíber a Rómulo y Remo. Apenados y martirizados con la
idea de tener que quitar la vida de las dos pequeños, los dejaron en una cesta
para que la corriente del Tíber hiciera su trabajo y regresaron a casa de Amulio
con las mejillas humedecidas.
Sin embargo la
fundación de Roma tenía el beneplácito de los dioses y las parcas ya habían
decretado el origen de la gran ciudad que dominaría el mundo conocido. De esa
forma la improvisada cuna flotante, gracias a la intervención divina, quedó
encallada en un lugar conocido por aquel entonces como las siete colinas.
Los romanos contaban
a sus pequeños que una loba recién parida que había perdido a sus crías, al
escuchar el llanto de los gemelos, no solo no le hizo daño, sino que se paró y
acarició con el rabo a las crías y lamió sus cuerpos con su lengua. Ellos
tiraron de las ubres y se alimentaron de la leche de loba.
No obstante tiene que
saber que en realidad los encontró el pastor del mayor rebaño del Rey, llamado Fáustulo,
que los llevó junto a su esposa Acca Laurentia para criarlos. Porque hay
quienes dicen que Laurentia era una prostituta entre los pastores llamada loba,
de ahí procede la maravillosa tradición.
Fuere como fuese se
criaron fuertes y apuestos con la leche de la loba. Tal como crecían cuidaban
su rebaño y atacaban a los ladrones para repartir el botín entre los más
pobres. Hay quienes dicen que ellos mismo eran quienes encabezaban un grupo de
forajidos y repartir, eso de repartir, en fin: “cosas de la juventud”.
De esa época nos
llegan las fiestas lupercales de febrero, en las que jóvenes hombres, casi
desnudos, perseguían a las mujeres golpeándolas con tiras de piel de cabra
para procurarles la fertilidad
Con tanta
“travesura”, su leyenda llegó hasta Numitor, su abuelo, el rey derrocado de
Alba Longa. Fáustulo le explicó que esos gemelos eran sus nietos, los hijos de
Rea Silvia. Los dos hermanos gemelos cumplieron su profecía y mataron a su tío
Amulio, ocupando el trono de nuevo su abuelo Numitor y regresaron a las siete
colinas para fundar una nueva ciudad.
Como eran gemelos y
no se sabía quién había nacido primero, cada uno de ellos ocupó una colina:
Remo la colina de Aventino y Rómulo la de Palatino, esperando el vuelo de los
buitres en una colina u otra como símbolo de buenos augurios.
A través del rumor de
las aguas del Tíber, les susurré una historia a los gemelos, avisándole de los
peligros del uso los buitres carroñeros como símbolos de presagio. Ocurrió en un pueblo
antiguo al sur del sur de Iberia, unos buitres sobre volaban un hermoso paisaje
con su vuelo majestuoso, quedé sobrecogido y un anciano del lugar que se
encontraba por allí me dijo señalando los buitres: "están esperando que
caía muerto por mis largos años para venir a alimentarse con mi cuerpo".
Rómulo y Remo, impetuosos, por su juventud, no lo tuvieron en
cuenta.
Rómulo eligió la
colina del Palatino como lugar de observación y Remo la del Aventino. Se dice
que el primero en avista Buitres fue Remo, ya que vio volar 6 buitres por lo
alto de la colina elegida antes que nadie. Momentos después, Rómulo vio hasta
12 buitres en la colina del Palatino. Cada uno fue saludado como rey por sus
seguidores, uno por ser el primero en ver los buitres y el otro por ver el
mayor número de ellos.
Como es normal general
en muchas cuestiones de la vida, decidieron que la tamaño importa, así que
Rómulo ordenó uncir dos bueyes blancos, excavaron un surco y construyeron las
murallas jurando matar a quienquiera que la cruzase. Remo, que no había
aceptado la derrota, pegó un puntapié y destrozó un trozo de muralla al saltar
sobre ella. Rómulo de un impulso, fiel a su juramento, lo mató con una pala que
había usado en la construcción. Si tenemos en cuenta que el monte Palatino
tiene un diámetro de dos kilómetros, no es nada una pequeña parte de muralla,
pero un juramento era un juramento, aunque matase a su propio hermano, encima
gemelo.
La ciudad dio a
llamarse Roma, en honor a Rómulo su primer Rey. Todo esto ocurrió el 21 de
abril de año 753 antes de Jesucristo. Y los romanos contaron los años a partir
de ese día, “ad urbe condita”.Así lo
transmitían los papas y mamas romanos a sus hijos. Desde esas siete colinas llevaron
su lengua, su cultura y sus leyes por todos los rincones del mundo conocido.
Pero volvamos a ese
primer día, Rómulo y sus fieles seguidores tenía un problemas... “eran todos
solteros y no había mujeres”, aunque como resolvieron esta cuestión nos llevará
a la tercera parte de esta historia, eso lo dejamos para la próxima ocasión.
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